jueves, 28 de octubre de 2010

“La rutina jamás podrá acabar con el Amor porque es eterno”

Cuando nos propongamos mirar nuestro interior, empezaremos a poner control de la mente y de nuestros cuerpos, para dejar fluir nuestras propias experiencias porque del verdadero significado que le demos a ello; dependerá que  siempre se haga realidad, en el transcurrir de nuestras vidas.
Tenemos que aprender a canalizar bien nuestras energías y relajar nuestra mente para que nuestro Amor todo poderoso, pueda atraer a nuestras vidas todo lo bueno, todo lo grato y todo lo perfecto que pueda ayudarnos a seguir creciendo espiritualmente y/o energéticamente.
Cuando una pareja está conectada por el amor generan buenas energías y esa energía los une en un solo sentimiento porque son almas gemelas.
La espera es abreviatura de esperanza y es parte del Amor, por eso es necesario instruir a mucha gente que son desesperadas e impacientes porque viven en la ignorancia de lo que es amar y dar todo de sí.
Es fundamental amar, y así ocuparemos en el Universo un lugar especial en el tiempo y en el espacio; porque el Amor tiene paciencia, perdona, es incondicional y es eterno.
Cuando hay seguridad de amar, la espera y la paciencia es una virtud para ser un ej. de Amor  para los demás, así todos aprenderán a respetar su tiempo y su espacio.
Los que confunden el Amor con el deseo y la pasión, la espera les desespera porque son impacientes y son seres que les falta evolucionar e ignoran que todo tiene su tiempo y su espacio; por ello su vida se vuelve una rutina.
La rutina llega a cansar, estorbar, hostigar, perturbar, fastidiar, aburrir y  asfixiar, porque jamás supieron lo que es respetar el tiempo y el espacio de los demás.
Los que sienten un Amor sin condiciones saben respetarse los unos a los otros. Por eso cuando vuelven a encontrarse sienten que el Amor es más fuerte e intenso, porque la rutina jamás va a poder acabar con lo eterno. 
Si llegásemos a elegir entre los deseos, las pasiones y el Amor, elijamos por el Amor porque si nos equivocamos en elegir; sufriremos y nos perderemos de amar y ser amados.
Si anhelan ser felices dejen atrás las cosas malas que pasaron, amen y déjense amar sin condiciones porque el Amor es Dios y Dios es amor que con su perdón cura hasta las heridas más profundas.