viernes, 9 de diciembre de 2011

Cánsate y deja de hacer la guerra.

Cánsate y deja de hacer la guerra.
Convéncete que hagas lo que hagas nunca podrás vencer al Amor, a la Verdad, al Perdón y a la Vida que vive en mi mundo y en los demás mundos espirituales.

Cánsate y deja de hacer la guerra.
Enmienda tus errores y reconoce que sólo defendí a mi mundo y nunca te hice la guerra ni marqué la  diferencia entre tu y yo porque ni me creí más que tú ni tampoco menos que tú.

Cánsate y deja de hacer la guerra.
Acepta que somos energía y somos exactamente iguales, acércate al Espíritu de luz que habita en tu mundo para que veas su brillante luz que te sacará de la oscuridad y también te dará la misma libertad.

Cánsate y deja de hacer la guerra.
Depende de ti si dejas de hacer la diferencia entre tú y yo y aceptas la deferencia que el Espíritu de luz nos dio para iluminar a los que aun se encuentran en medio de la oscuridad.

Cánsate y deja de hacer la guerra.
Es tiempo que te convenzas que nada eres sin el Amor, la Verdad, el Perdón y la Vida que te llevan a la libertad de saber lo que es amar para que liberes a otros y también seas amado.

Cánsate y deja de hacer la guerra.
Despégate de todo egoísmo, de toda avaricia, de toda mezquindad, de toda envidia, de toda soberbia, de todo orgullo, de toda vanidad, de todo deseo de poseer, de toda obsesión, de los celos, de todo vicio, de toda lascivia, de toda promiscuidad, de toda depravación,  de toda competencia, de toda depredación y de toda falsedad.

Cánsate y deja de hacer la guerra.
Enfréntate con coraje al temor, al engaño, al odio y a la muerte y con voz de autoridad diles que te cansaste de ser su títere, marioneta y robots porque ya conoces el Amor que te da valor.

Cánsate y deja de hacer la guerra.
Tu eres la solución para vencer a la revancha y a la venganza que hay en tu mundo y acabarás para siempre con tanto sufrimiento, angustia, dolor y agonía.

Cánsate y deja de hacer la guerra.
Decídete a ser libre ahora porque el Espíritu de Dios nunca te abandonó ni te abandonará porque te dio un Espíritu de poder, de Amor y de dominio propio para que te enfrentes con valor y coraje a todo microbio oportunista y energía involucionada para que les ayudes a razonar y a evolucionar en tu propio mundo y hacerlo un Reino de los Cielos.

Cánsate y deja de hacer la guerra.
Únete a tu Espíritu  y acepta ser un Guerrero valiente de nuestro Padre del Universo, de nuestra Madre Naturaleza, de nuestros hermanos Celestes, Angelicales y Espirituales y también seas un hijo amado.