sábado, 4 de junio de 2011

Dime: ¿En que me equivoqué?

Dime: ¿En que me equivoqué?
Si te di un microcosmos,
un planeta, un hogar, un paraíso, para que lo cuides,
lo respetes, lo valores, lo defiendas y lo protejas.
Y lo has transformado en dolor, sufrimiento,
angustia, revancha y venganza,
por tu desobediencia, rebeldía, 
necedad y error.

Dime: ¿En que me equivoqué?
Si te di un reino de los cielos,
mi templo, que es tu cuerpo y tu sistema
inmunológico, para que los ames.
Y lo has transformado en sepulcro de cadáveres
de animales y vives como zombi; lastimando, torturando
y exterminando a tus hermanos mayores y menores.

Dime: ¿En que me equivoqué?
Si te di poder y autoridad de todo lo que te rodea,
para que le pusieras nombre, lo amarás, lo renovarás
y lo cuidarás, para que juntos viviesen en paz.
Y los has transformado en tus enemigos
y ahora te hacen la guerra.

Dime: ¿En que me equivoqué?
Si te di libertad,
para que te ames y ames,
para que seas imagen y semejanza de mí
y seas un ejemplo de Vida.
Y te has transformado
en muerte.

Dime: ¿En que me equivoqué?
Si te di mi palabra, mis buenas energías,
para que sean de bendición, bien decir, decir bien,
hablar bien, para que te cuiden y todos juntos se cuiden.
Y las has empleado para maldición, maldecir, decir mal,
hablar mal y por esas mismas palabras,
estás siendo juzgado y condenado.

Dime: ¿En que me equivoqué?
Si acepté que mis hijos, mis ángeles y arcángeles,
viniesen atrás de ti, para que te provean de su Amor incondicional,
de todo los recursos naturales que te rodea.
Y a cambio solo les has causado, dolor,
sufrimiento y angustia, con tu ingratitud
e indiferencia.

Dime: ¿En que me equivoqué?
Si tienes gratuitamente y sin condiciones,
abundante: luz, agua, oxigeno y frutos puros.
Y te has adueñado de todo ello, lo haces negocio
y te lucras con el sacrificio, el dolor y el sufrimiento
de los demás.

Dime: ¿En que me equivoqué?
Y ¿Por qué me calumnias, que castigo
y me nombras dios de temor y para colmo
nos culpas, a tu madre y a tus hermanos y a mí:
de todas las enfermedades, de toda la depravación,
de toda la depredación, de todos los problemas,
de todos los conflictos, de todos los accidentes,
de todas las guerras, de todas las tragedias,
de toda la exterminación y de todos los desastres,
que tú has causado, por tu desobediencia
y rebeldía.

Dime: ¿En que me equivoqué?
¿Acaso has olvidado,
que  el Universo, soy yo y soy tu Padre?

Dime: ¿En que me equivoqué?
¿Acaso has olvidado,
que la Naturaleza es: El Espíritu que te da Vida
y es tu Madre?

Dime: ¿En que me equivoqué?
¿Acaso has olvidado,
que los cuerpos Celestes y Angelicales,
que te ayudan, que te cuidan, que te defienden
y que te protegen,  son tus hermanos?

Dime: ¿En que me equivoqué?
¿Acaso has olvidado,
que estamos interconectados por
una sola energía de Amor?
Y lo has rechazado, para vivir en medio del temor,
angustia y horror.

Dime: ¿En que me equivoqué?
Si te di Vida en abundancia, para que seas feliz.
Eres infeliz porque quieres.
¡Reacciona! Tú sabes que tienes el poder y la autoridad
de detener, todo lo que has transformado.
!Perdónate, pide perdón y perdona¡
¡Deja ya de hacerte la victima!
Y remedia ¡Ahora!
todo el sufrimiento, el dolor y la angustia
que has causado.

Y respóndeme: ¿En que me equivoqué?