jueves, 10 de febrero de 2011

“Los delfines llenos de Amor”

Un cierto día de pesca y cacería, el mar estaba bravísimo y en medio de el, había un yate, con varias personas allí. Las olas, eran enormes y volteó al yate, las personas cayeron al mar y el agua estaba helada. En ese momento, aparecieron dos tiburones y entre ellos se peleaban, para comérselos. En ese mismo instante, aparecieron dos delfines y rescataron a dos personas, se las llevaron hacia la orilla y allí los dejaron y regresaron al  mar. Uno de los tiburones molesto, les preguntó: Uds. ¿Por qué ayudan a esos hombres irracionales y asesinos? ¿Acaso no saben que ellos vienen a pescarnos por diversión y a matarnos a todos nosotros? Uno de los delfines humildemente le respondió: ¡Como puedes criticar a esos hombres irracionales! si tu también eres irracional y asesino y no solo los matas a ellos, también lo haces con nosotros, que somos de tu misma especie. El otro tiburón le contestó: Nosotros matamos, por hambre y porque así es la cadena alimenticia, de nosotros. El otro delfín le dijo: Tu y muchos por ignorancia, seguirán matando para comer, pero eso les costará su propia vida, porque lo mismo que hacen, se los seguirán haciendo como dice el refrán: “ojo por ojo y diente por diente”. El otro delfín también dijo: Nosotros por irracionales e involucionados, actuamos así. Yo estuve observando a otros hombres, que si son racionales y evolucionados. Existen buenos hombres racionales, que se alimentan de puras semillas y frutos, cuidan y protegen a toda especie de animales incluyendo a nosotros, los escuché decir que los árboles, las  plantas y toda especie de animales, somos hermanos de ellos y venimos de otras vidas y que constantemente reencarnamos en diferentes cuerpos, de acuerdo a lo que hagamos en la vida actual, eso quiere decir que nosotros en otra vida probablemente fuimos hombres y quizá por nuestra ignorancia de este conocimiento, nos comportamos irracionalmente y por ello es que también perdimos nuestros cuerpos y volvimos a reencarnar en animales irracionales. Uno de los tiburones empezó a llorar y dijo: Ya no quiero ser tiburón ni ninguna especie irracional, ya me canse de vivir así. El otro delfín también llorando dijo: Yo también quiero reencarnar, en un hombre como los que has nombrado, para vivir en paz y cuidar a todos mis hermanos, por eso comprendí y acepté que me enseñaras a amar y a rescatar a los hombres irracionales, a pesar de todo lo que ellos nos hacen. El otro delfín respondió: Los hombres buenos y racionales que luchan por la Vida de todas las especies de animales y viven con Amor y Paz. Nos dan una lección de Amor incondicional, que debemos aprender, hasta que dejemos estos cuerpos y seamos como ellos, ya que todo lo que sigamos sembrando, seguiremos cosechando. El tiburón sensible, seguía llorando de alegría y dijo: ¿Eso quiere decir que ya nadie nos pescara ni nos lastimaran y cuando desencarnemos de estos cuerpos, muchas almas nos cuidaran y nos ayudaran a reencarnar en cuerpos de hombres buenos, para que también seamos felices y vivamos en paz? Ambos delfines respondieron: ¡Claro que si! El otro tiburón molesto dijo: Yo seguiré siendo igual y Uds. son unos sensibles tontos, yo no creo en esas cosas fantasiosas. ¡Me voy! porque ya se volvieron locos y me pueden contagiar su locura. A unos metros de distancia, unos hombres irracionales pescaron y mataron al tiburón soberbio, incrédulo y burlón. El tiburón sensible se volvió salvavidas de hombres, igual que los delfines. Vivieron muchos años y uno por uno desencarnaron de viejitos. Y los tres reencarnaron, en tres hermosos bebes, de adultos, se volvieron hombres naturistas, herbívoros y salvavidas de toda especie de animales racionales e irracionales, e iban enseñando a todo el mundo a “Respetar la Vida de todos” y a “Amarse los unos a los otros”.