lunes, 28 de febrero de 2011

“El hombre, la mujer, el fruto y la serpiente”


Dios creó al hombre y a la mujer y los puso en el paraíso y les dijo: comerán los frutos, de todos los árboles, menos del fruto del árbol del conocimiento y de la vida, pondrán nombre a todos los animalitos y los cuidarán como hijos. Un cierto día, mientras Eva dormía, Adán miraba apetitosamente, el fruto del árbol prohibido, se acercó, luchaba y se resistía a la tentación, cuando de pronto, apareció la serpiente y le dijo: ese fruto, también te la dio Dios y es tuyo, puedes comerlo cuando gustes. Adán arrancó el fruto y se lo comió y Eva despertó llorando y le dijo: ¿Por qué arrancaste el fruto del árbol prohibido? Haz desobedecido a Dios, sólo por satisfacer tu apetito. Adán le dijo: el fruto estaba tan apetitoso, la serpiente me convenció, que cogiera de ese fruto y por eso lo hice. Adán temblando de miedo dijo: Por favor ¡Ayúdame! Dios se molestará conmigo, dile que la serpiente te convenció, para que me dieses de comer, del fruto prohibido. Eva lo abrazó y le dijo: ¡Cálmate! ¡No temas! ¡Lo haré! ¡Yo me culparé! y cargaré con tu error. Pasados los días, Dios vino a visitarlos y los llamaba: ¡Adán! ¡Eva! Los dos se habían escondido y Dios seguía llamándolos. Adán salio del escondite y dijo: La mujer que me disté, obedeció a la serpiente, para que me tentara y me convenciera, comer del fruto prohibido. Dios con voz de autoridad, le dijo: Adán ¿Estas diciendo la verdad? Adán contestó: ¡Si! esa es la verdad. Dios vio embarazada a Eva y le dijo: ¿Es verdad, lo que dice Adán? ¿Es cierto que tú lo tentaste, para que el comiera del fruto prohibido? Eva llorando le dijo: ¡Es verdad! Yo soy culpable. Dios con autoridad y corrección les dijo: ¿Acaso ignoran que soy Dios y que todo lo sé y que nunca podrán mentirme ni engañarme? Ya que Uds. Mismos, con sus mentiras y engaños se lastiman. Se dirigió a  Adán y le dijo: Te voy a dar una oportunidad, que digas la verdad, para que sigas interconectado a mi “Amor, Luz y Vida” y sigamos intercomunicados, si vuelves a mentir será imposible, que vuelvas a escuchar mi voz, porque así lo decidirás tú. Respetaré tu voluntad y decisión, por la libertad que te di, porque nunca te obligaré ni te exigiré nada. Dios de nuevo le preguntó: ¿Estas seguro que dices la verdad y la mujer te convenció, que comieras del fruto prohibido? Adán cínicamente y con temor a Dios dijo: ¡Si! Ella es culpable, yo soy inocente, ella me tentó y me convenció, que comiera del fruto prohibido. En ese mismo instante, Adán quedo incomunicado, con Dios, porque ya no escuchaba su voz. Dios miró a Eva y le dijo: ¡Mujer! a ti también te daré una oportunidad, de decir la verdad, para que sigamos entrelazados, por una misma energía y Amor. Y le volvió a preguntar: ¿Es verdad lo que dijo Adán y tú? Eva llorando dijo: ¡Dios mío! tú todo lo sabes y yo jamás puedo mentirte ¡Perdóname, padre! Si mentí fue porque creí proteger a Adán. Dios con mucho Amor, le dijo: ¡Hija mía! ¡Eres valiente y guerrera de la Verdad! Has defendido con “Amor, la Verdad y la Vida”, que es tu cuerpo, la de Adán y la de tu hijo, que esta por venir. Por decir la verdad, permaneceremos siempre comunicados y entrelazados, por un mismo Amor y juntos ayudaremos a Adán y a toda tu descendencia, a decir la Verdad y nada mas que la verdad, por mas grave que sea el error, que hayan cometido y lo mejor es que sean enmendados, como lo hiciste tú hijita. Lamentablemente, Adán por haber transformado, la verdad en mentira, tendré que sacarlos a ambos del paraíso y llevarlos a otro mundo. Solo tú recordarás, que saliste de este paraíso y algún día volverás, con Adán y tu descendencia, cuando él deje de temer y haya decidido voluntariamente, decir la Verdad, y acepte, que es el único camino al Paraíso. Fue así como Dios llevo a Adán y a Eva, a otro mundo y le dijo: Te dejo mi bendición, Ama, cuida de Adán y de tu descendencia, ya que nunca podré comunicarme con él, porque por su propia voluntad, el se desconectó de mi Amor y ahora vivirá en la oscuridad, incomunicado y lleno de temor. Por medio de tu luz, iluminaré a Adán y a todos lo que permanezcan en mi “Amor, Verdad y Vida” y siempre podré ayudarlos, hasta la eternidad.