domingo, 20 de febrero de 2011

“El amor, la Verdad y la Vida, apartan a la muerte”

En el velorio, de una mujer muy buena, que había muerto de un cáncer generalizado. Se encontraban su esposo, hijos, familia y amistades. El esposo, los hijos los familiares, lloraban desconsoladamente y constantemente el esposo se desmayaba. Pasadas las horas llegó la hora que se llevaran el féretro. Y estando en el cementerio cuando iban a descender el cuerpo fallecido. El esposo lloraba con desgarradores gritos y decía: no pueden llevársela, yo moriré sin ella a mi lado, la vida no tiene sentido para mi. Dios ¿Porque me haces esto? ¿Porque me quitaste a mi esposa y te la llevaste? ¿Porque eres tan cruel conmigo? El sacerdote de su iglesia, le dijo: hijo mió es la voluntad de Dios, que tu esposa haya muerto, para que descanse en paz, porque estaba sufriendo mucho con el cáncer, esta prueba que dios te da, es para que tú, tus hijos y familia jamás se aparten de la iglesia y siempre le teman. Se dirigió  a su familia y continúo diciendo: Les recomiendo que inmediatamente hagan una misa de salud, para el esposo e hijos y en un mes una misa de difuntos, para rezar, por el alma de nuestra hermana, para que salga del purgatorio y pueda llegar al cielo con dios. El esposo airado grito diciendo: ¡Nunca mas creeré en dios, porque es el ser mas despreciable y masoquista, que manda pruebas, tienta, juzga, condena y destruye a sus propios hijos. Mi esposa, mis hijos y yo fuimos fieles a la iglesia y todos los domingos fuimos, cumplimos con los mandamientos, con los sacramentos, colaboramos con la iglesia dando limosnas y el diezmo. Fuimos obedientes en todo y jamás le hicimos daño a nadie. Por eso es que mis hijos y yo nunca más iremos a la iglesia ni nunca más creeremos en dios ni en sacerdotes ni en nada, así que por favor, aléjese de nosotros, porque nunca mas, quiero oír hablar, de un dios tan despiadado, con sus hijos. El sacerdote dijo: ¡Hijo mío! no blasfemes contra dios, que el puede mandarte otra prueba peor y castigarte. El esposo le dijo: ¿Que mas castigo, me puede dar dios? Si, le envió una enfermedad, tan grave a mi esposa, que me llevo a la total miseria, porque descuidé mi trabajo por atenderla y me despidieron, tuve que vender mí casa, todas mis cosas, para hacerle muchas quimioterapias y radioterapias, hacer muchas misas de salud, para que dios la salvara y aun así ella murió. Estoy pobre, sin trabajo, solo, sin fe y sin sentido de vivir. El sacerdote le dijo: Hijo mío tienes que resignarte y respetar la voluntad de dios. El hijo mayor de 16 años dijo: sacerdote, le pedimos, que respete nuestro dolor y váyase a otro lado con sus sermones, ya escucho a mi padre, nadie de nosotros creeremos, nunca más en su dios cruel, masoquista y despiadado. El sacerdote les dijo: Les advierto, que por seguir blasfemando, contra dios e irse contra su voluntad, seguirán sufriendo, porque él los castigará a todos por apartarse de su iglesia inmaculada y se irán con Satanás al infierno. Una mujer que estaba muy cerca, se detuvo a escuchar, todo lo que el sacerdote decía, de su supuesto dios y lo que el esposo y el hijo de la fallecida habían dicho. Indignada, por tanta falsedad y engaño del sacerdote, con voz de autoridad y corrección le dijo: ¡Oiga! ¡Escúcheme Ud! Que se hace llamar representante de Dios y manipula con engaños y temor a sus feligreses, para que lo enriquezcan a Ud. y a su iglesia y se llenen los bolsillos de dinero. Yo lo denunció ante nuestro verdadero y único “Dios de Amor, Jesucristo” que por fariseos como Uds. Fue crucificado, muerto y sepultado y al tercer día resucitó entre los muertos, para demostrarle a todo el mundo, que él es un “Dios de vivos y jamás de muertos”, Dios estaba unido a nuestro hermano Jesús guerrero y valiente, el cuerpo, el camino, que se dejó guiar, por un Espíritu de Poder y Amor y juntos vencieron a la muerte, porque estaban interconectados a Nuestro Padre del Universo, los Cuerpos Celestiales y a Nuestra Madre Naturaleza. La santísima trinidad que son ellos tres en una sola divinidad, lo protegieron, lo defendieron, lo consolaron, lo ayudaron a resistir con fortaleza todo dolor, sufrimiento que le estaban causando las energías revanchistas y vengativas, que habían generado todos los microorganismos oportunistas virus, bacterias, parásitos y hongos, ya que el cargó con todas las enfermedades, debilidades, pecados, errores o karmas, de toda la gente, que lo escucharon hablar de un Dios de Amor, fue así como Jesús renovó de Amor, a todas esas energías y se interconectó, por medio de su cuerpo y su sistema inmunológico al Espíritu santo que lo resucitó, porque el Espíritu de Amor, vive unido a nuestro Dios padre del Universo, a todos los Ángeles y Arcángeles y a Nuestra Madre Naturaleza. Por ello Jesucristo, al resucitar, enseño todo esto, que hoy están escuchando, para que lo enseñen a todo el mundo y también resuciten a todo aquel, que crea en esta enseñanza, que es palabra de Vida, como yo creí y también resucité, para estar unida a la Santísima Trinidad Padre, hijo y Espíritu Santo. El esposo, de la fallecida abrazó muy fuerte, a esta mujer desconocida y le dijo: Pido perdón por mi ignorancia y haber juzgado mal a nuestro creador, yo creo en Dios Jesucristo, y se que el resucitó y resucitará a todos los muertos. En ese momento, se abrió el féretro de su esposa y ella salio de ahí, abrazó a su esposo, hijos, familia y amistades. El sacerdote, asustado salió corriendo, del cementerio. Y el esposo dijo: Ahí va corriendo Satanás asustado.