domingo, 30 de enero de 2011

“El Padre, la Madre y los Hijos nos esperan con Amor”

En un hogar muy feliz y armonioso vivía una pareja de esposos y sus tres hijos: dos hombres y una mujer. El esposo se llamaba  Alma Mater y la esposa Luz Espíritu y sus tres hijos: El mayor Jesús Miguel de 23 años de edad,  el segundo Demos Luzbel 22 años de edad y la última Luz Gabriel 20 años de edad. Un cierto día Luz Espíritu les dio deberes a sus tres hijos que ya eran jóvenes, porque Alma Mater había salido de viaje en planes laborales de negocios. Luz Espíritu se dirigió a Jesús Miguel y le dijo: Hijos necesito informarles, que por primera vez me ausentare del hogar por mis labores habituales y también saldré de viaje por siete días, por ello voy a darles algunas instrucciones. Se dirigió a Jesús Miguel y le dijo:¡Hijo! tu por ser el mayor de tus hermanos, tienes que ser el ejemplo y ayudar a hacer todo los quehaceres del hogar. Luego se dirigió a Demos Luzbel y le dijo: Tú por ser el segundo de mis hijos tienes que ayudar a tu hermano mayor a compartir todos los quehaceres de la casa. Y a su ultima hija Luz Gabriel le dijo: ¡Hija! tu como única hija mujer de la casa, tienes que ayudar a tus hermanos a administrar, todos los quehaceres de la casa, para que todo este en orden, mientras yo regreso de mis labores habituales. Cuando regrese, espero ver todo en orden, tal y como yo lo estoy dejando, dejé la comida en la refrigeradora se la calientan y mañana se turnan en los quehaceres. Fue así como Luz Espíritu también viajó. Al día siguiente, todos los hermanos se levantaron temprano, a hacer sus respectivos deberes, así fue diariamente y consecutivamente, como compartían los quehaceres del hogar. El mismo día que estaban de regreso sus padres. Luz Gabriel se levantó muy temprano con Jesús Miguel a repartirse las tareas del hogar mientras que Demos Luzbel seguía durmiendo. Luz Gabriel fue a despertar su hermano para que los ayudara y esté groseramente  le respondió:*&%$%&$* ¡Tú sola debes hacer todo, porque yo estoy cansado y tengo sueño! además eres mujer y las mujeres deben hacer todos los quehaceres del hogar, ya que para eso han nacido Uds. para servirnos a los hombres. Luz Gabriel le dijo: ¿Que te pasa? De donde has sacado ese machismo, nuestros padres nos inculcaron, desde niños, que siempre debemos compartir los deberes del hogar, ya que tu mismo ves, que nuestros padres comparten sus labores juntos y de ese ejemplo debemos aprender. ¡Ya levántate y déjate de flojera! Demos Luzbel airado, se levantó de su cama y dijo gritando: ¡No me molestes! Y empezó a agredir a golpes a Luz Gabriel. Jesús Miguel entró al dormitorio y lo separó de su hermana y le dijo: ¿Que te pasa? Y Demos Luzbel le dijo *$%& a ti que te importa mariconcita, porque eso es lo que eres, porque te encanta hacer los quehaceres de mujeres. Jesús Miguel le hablo con voz enérgica  ¿Porque actúas así? si tu nunca has sido así con nosotros. Demos Luzbel gritando dijo: ¡Yo siempre he sido así! sino que tuve que fingir todo este tiempo con todos, porque estuve esperando este día para largarme, porque ya me tienen harto, me creen que soy una mariconcita lavando trastes, cocinando, barriendo, lavando, planchando y esas cosas es de mujeres. Demos Luzbel, agarró un florero grande y se lo iba a lanzar en la cabeza de Jesús Miguel y justo entraban Alma Mater con Luz Espíritu y el padre preguntó: con voz enérgica ¿Que esta sucediendo aquí? Luz Gabriel y Jesús Miguel les contaron la transformación, que había sucedido con Demos Luzbel. Luz Espíritu corrió a abrazar a su hijo y le dijo: Hijito ¿Que te pasa? suelta ese florero. Demos Luzbel la empujó de una patada y gritando dijo: ¡Vieja loca! deja de llamarme hijo, porque ya estoy harto de ti y de todos. Alma Mater, Jesús Miguel y Luz Gabriel corrieron y la recogieron a Luz Espíritu. El padre con voz de autoridad le dijo: ¡Ahora mismo te ordeno que bajes ese florero! Demos Luzbel gritando con groserías dijo: *%&*%$ ¡No voy a bajar nada. Yo me quiero ir de esta casa, porque estoy harto que me den órdenes y yo como una mariconcita, tengo que obedecerles. Dame mi herencia que me corresponde y me iré a donde nadie me de órdenes. Luz Espíritu le dijo: ¡Hijito nunca me habías levantado la voz ni insultado y menos me habías golpeado! ¿Que te sucede hijito? ¿Que te hemos hecho para que actúes así? Demos Luzbel airado nuevamente con groserías dijo: ¡&%$*$%* Acaso no entiendes vieja loca y tu viejo imberbe, que ya no quiero ser hijo de Uds. Ni pertenecer a esta familia de locos! Alma Mater con voz de autoridad dijo: ¡Basta ya de tanto insulto y agresión! Bien te daré tu herencia y puedes irte cuando lo creas necesario! pero jamás voy a permitir, que vuelvas a ofender a tu madre ni a tus hermanos ni a mí, nosotros somos humildes pero jamás permitiremos, que vengas a humillarnos. Luz Espíritu abrazada con Luz Gabriel lloraban y le rogaban que recapacitará de su error y Demos Luzbel, ya ni les escuchaban. Jesús Miguel con voz enérgica le dijo: ¡Como hermano mayor que soy te hago una advertencia! ¡Ahora que te vas de este hogar, jamás culpes a nuestros padres ni a nosotros de la esclavitud y los sufrimientos en que vivirás afuera! Nuestros padres nos criaron bien y unidos, hemos tenido de todo, mientras nuestros padres laboraron, para que viviésemos felices, tú solo has decidido desunirte de nosotros y una vez más te repito ¡Vete! pero nunca te atrevas a culparnos de tus errores. Alma Mater fue a su caja fuerte y le dio la riqueza, que le correspondía y le dijo: Adminístralo bien porque tu y sólo tu eres responsable de tus actos y arquitecto de tu destino para hacer de tu vida la mejor, para que seas feliz y hagas feliz a todo lo que te rodea. Demos Luzbel groseramente se dirigió a su familia y les dijo: Al fin me libere de una familia de locos de *%&%&*, nunca pienso regresar, porque yo se lo que hago con mi vida y con mi herencia, que me corresponde, por haber sido todo este tiempo esclavo de Uds. La Familia se quedo muy consternada y triste por la actitud de este hijo, desobediente y rebelde. Pasados los años se enteraron, que Demos era adicto a muchos vicios, se había gastado toda su herencia en vanidades y vicios, se había juntado con una mujer prostituta y drogadicta, ambos se insultaban y se golpeaban todos los días, tenían muchos hijos, muy pobres y los obligaban a golpes a salir a trabajar para que les traigan dinero para sus vicios. Sus padres y hermanos de Demos Luzbel, lloraban diariamente, por la terrible vida que había escogido, Demos Luzbel voluntariamente para él y sus hijos. Alma mater y Luz Espíritu, al ver tanto sufrimiento de sus nietos, enviaban constantemente a Jesús Miguel y luz Gabriel, para que los ayudaran anónimamente de lejos, dándoles comida, dinero, víveres, y ropita. Al ver que sus nietos mucho sufrían, un cierto día toda la familia decidió ir a visitar a Demos Luzbel, para decirle que regresara a su hogar con sus hijos y su pareja. Fue así como llegaron al lugar, donde todo era una inmundicia y apestaba, era una pobreza extrema y Demos y su pareja estaban borrachos y drogados y sus hijos estaban raquíticos, tirados durmiendo en el piso, encima de papel periódico, muy sucio. Jesús Miguel, Luz Gabriel, Alma Mater, Luz Espíritu lloraban y abrazaron a sus nietos que eran muchos. Demos despertó con su mujer y el groseramente dijo: *%$&%* Que hacen aquí, no les dije que yo me fui, para no verlos nunca más, porque yo se lo que hago con mi vida y la de mi familia. Alma mater le dijo: ¡Hijo entréganos a tus hijos! nosotros los cuidaremos y cuando crezcan te los devolvemos. Demos Luzbel groseramente dijo: %&$%*&%$ ¡Que cosa están Uds. Locos! ellos tienen que servirme a mi y no a Uds. como yo les serví. Luz Espíritu le dijo: ¡Hijo! nosotros jamás te enviamos a trabajar a la calle, tú siempre tuviste todo, y lo único que hacías, es compartir los deberes de casa ¿Por qué hablas así de nosotros? La mujer de Demos Luzbel llorando dijo: ¡Yo si, acepto la proposición de Uds! Llévense a mis hijos, porque ellos no tienen la culpa, de los errores de sus padres. Demos Luzbel agarró a golpes a su mujer y con groserías le dijo: *&%$*$%& si se los llevan, tu me servirás, porque si no ¿Quién va salir a trabajar para mis vicios y los tuyos? Ella le dijo: esta bien yo trabajare y seré tu esclava, pero déjalos que se los lleven. Jesús Miguel con mucho Amor se acercó a su hermano Demos Luzbel y le dijo: Hermano por tu desobediencia y rebeldía, ya sufriste mucho y has hecho sufrir a tu familia, ven con nuestros padres y nosotros porque te amamos, si te corregimos, aquella vez que te fuiste, fue para que reaccionaras del error, que estabas cometiendo al separarte de nosotros. Luz Gabriel abrazo a Demos y llorando le dijo: ¡Hermanito ven con nosotros! si gustas yo haré todas las cosas y tú descansaras, pero acepta lo que nuestros padres, nuestro hermano y yo te proponemos. Demos Luzbel llorando dijo: ¡No merezco nada, soy un perdedor, borracho, drogadicto! y ni siquiera tengo amor para mi mujer y mis hijos, tengo que pagar todos mis errores, como un cerdo que soy, no valgo nada. Sus padres y hermanos lo abrazaron y Demos Luzbell les dijo: Tanto me aman, que ni asco me tienen a pesar de la inmundicia, en que me he transformado, ya que solo apesto a basura. Alma Mater le dijo: ¡Hijo mío! para nosotros nunca apestaras, eres nuestro hijo y te amamos, el día que decidiste salir de tu hogar, lo único que hice, es hacer respetar a tu madre y hermanos y respetar tu libre albedrío, por eso respete tu libertad y tu decisión cuando decidiste dejarnos y siempre te estuvimos esperando con los brazos abiertos. Luz Espíritu abrazó muy fuerte a su hijo y le dijo: todo este tiempo hemos  llorado y orado, para que reaccionaras y regresaras a vivir con nosotros. Demos Luzbell abrazó a su familia y llorando les dijo! ¡Padres y hermanos perdónenme por mi rebeldía!  Se que no soy merecedor de su perdón ni de su Amor, porque yo me merezco esto y cosas peores. Su mujer lo abrazó tiernamente y le dijo: ¡Amor! yo también te amo y ahora gracias a tu familia, que me dan esta lección de Amor, te prometo que seré una buena esposa fiel, para ti y mis hijos y te ayudare a salir adelante con nuestros hijos, ya que a partir de ahora dejarán de sufrir, por la culpa de nuestros errores. Demos Luzbel abrazo a su esposa y a sus hijos y les dijo: Perdónenme por todo el sufrimiento, que les cause por mi desobediencia y rebeldía, todos sus hijitos lo abrazaron. La familia de Demos Luzbel llevó a su hijo y a toda su familia a su hogar y todos fueron revestidos de mucho Amor y compartían sus deberes con mucho cariño y nunca más existió rebeldía ni desobediencia en su hogar, ya que todos vivían unidos en armonía con el Universo, la Madre naturaleza y los Cuerpos Celestiales.