sábado, 19 de marzo de 2011

“Las vacas y gallinas sacrificadas”

En el mundo mágico, había mucho Amor, Paz, Alegría, Bienestar, Humildad y Armonía, vivían  toda clase de árboles y toda especie de animales, que se amaban, valoraban y respetaban sus Vidas, se cuidaban, se protegían, se defendían los unos a los otros y entre todos compartían el agua, los frutos y alimentos sagrados. Un cierto día, mientras los hipopótamos y los caballos cuidaban la puerta de la entrada del mundo mágico, vieron a varias vacas y gallinas tendidas en el suelo y moribundas. Ellos fueron ante el árbol sabio más anciano y le contaron lo sucedido, el anciano árbol, envió a un ejército de elefantes y otros animales y les dijo: Vayan a socorrer a esas pobres vacas y a esas gallinas moribundas y tráiganlas a nuestro hogar. Los caballos, las mulas y los elefantes, las levantaron con su trompa y las llevaron en el lomo de cada uno y las echaron, al pie de los árboles ancianos, para que les diera oxigeno y abundante Vida. Entre todos los animales, las cuidaron y le dieron mucho Amor. Pasados los días, las vacas y las gallinas se recuperaron. Una de las vacas, con lágrimas en los ojos dijo: ¡Muchas gracias! por habernos salvado de morir. He visto que todos son sanos y radiantes, son muy unidos, comen frutos y alimentos sanos, oran antes de comer y entre todos comparten los quehaceres. En cambio el mundo del cual venimos, todo es esclavitud, apego, deseo, envidia, egoísmo, avaricia, ambición, posesión, dolor, sufrimiento y muerte. Se aprovechan del más débil, para esclavizarlo, humillarlo y denigrarlo a costa de lo que sea. Todas nosotras, fuimos esclavizadas, por seres inhumanos ambiciosos, que nos explotaron vilmente, ya que negociaban con nuestra leche y huevos. A todas las vacas, nos inyectaban hormonas, desde que salíamos del vientre de nuestra madre y nos separaban de ellas. Una vez que crecíamos nos colgaban en unas maquinas, para que nos ordeñaran, eso nos causaba mucho dolor, mucho rencor y hasta odio por ellos, porque nos inyectaban hormonas, todo el tiempo, nos alimentaban poco con hierba, gritábamos de hambre y nos agarraban a golpes, estos ignoraban que nuestra leche, salía envenenada y contaminada por tanto dolor y sufrimiento, que nos causaban a todas. En ese mundo, ellos transforman la leche, en muchos derivados y se lo venden a otros seres inhumanos, que sufren los mismos dolores, que sentíamos nosotras, se enferman y mueren constantemente, porque la leche esta contaminada, por tanta agresión. Es tanta la ambición de estos seres depredadores y ambiciosos, que cuando ven que las vacas están viejas y no producen leche, las matan, juntamente con los toros, que también les inyectan hormonas, para que crezcan, los llevan, a coliseos de diversión y allí torturan a todos los toros, toreándolos, hincándolos por horas, después los matan y venden sus carnes cadavéricas, podridas  y contaminadas, porque mueren llenos de odio y de desprecio, jurando que regresarán transformados de microorganismos oportunistas: virus, bacterias, parásitos, hongos, etc. a vengarse implacablemente, de todos esos seres despiadados. A todas las vacas, que estamos aquí nos golpearon vilmente, ya que no producíamos leche, porque teníamos mucha hambre, nos sentíamos muy adoloridas y cansadas, dormíamos muy poco porque nos esclavizaban muchas horas. Eso es lo último que recordamos y no sabemos como llegamos, aquí en este mundo tan misericordioso. Una de las gallinas, en representación de las demás gallinas, dijo: Estamos muy agradecidas a todos Uds. por sus cuidados y por todo lo que nos han dado, tan desinteresadamente, las vacas y las gallinas siempre estaremos muy agradecidas con Uds. Y cuando estemos bien recuperadas los serviremos a todos de igual forma, como Uds. lo hicieron con nosotras. También les contaré que nosotras, también fuimos esclavizadas las 24 horas del día, encerradas en jaulas de metal, iluminados con focos. También nos separaban de nuestras madres, desde pequeñas nos inyectaban hormonas, todo el día, para que creciéramos rápido y nos obligaban a comer alimentos, que eran cadáveres de pescados triturados y enharinados, lo comíamos de hambre, porque nos dolía mucho nuestro cuerpo, por el martirio diario de las inyecciones de hormonas, que nos ponían, para que tuviéramos cantidad de huevos y la vendiesen a todos esos seres egoístas, despiadados y depredadores, ya que lo único que les importaba era saciar su necesidad, sin importarle ni sus propias vidas ni de la de nadie, ya que los huevos que todas las gallinas poníamos, también estaban contaminados de mucho dolor y sufrimiento. A todos los pollos, también los encerraban de igual forma y juntamente con las gallinas viejas, que ya no ponían huevos, los vendían al mercado, para que los mataran y se comieran sus carnes cadavéricas contaminadas, de odio y mucho rencor, ya que ellos también juraron, regresar transformados de micro patógenos, a vengarse de todos esos seres bestias, salvajes y despiadados. Todas las gallinas, que aquí nos encontramos, nos decidimos escapar de las jaulas y con nuestros picos quisimos romperlos, pero fue inútil, porque se nos partieron los picos y nos desangramos, eso es lo último que nosotras también recordamos. El árbol más anciano le dijo: Es muy triste lo que nos cuentan, de esos seres inhumanos. Lamentablemente, por ignorar lo que es el Amor, el valor y el respeto a la vida, siempre se auto eliminarán y seguirán siendo transformados, en lo que mas daño hayan hecho y eso mismo les harán a cada uno, hasta la eternidad. Demos gracias, a las hadas de Luz, que Uds. Estén en este mundo mágico de Luz, Amor, Paz y Alegría. Las hadas, diariamente traen a muchos árboles, plantas, peces y animales moribundos de otros mundos y los traen, para que vivan aquí  y dejen de sufrir para siempre. Nosotros las cuidaremos y les daremos mucho Amor, olviden el pasado y a ese mundo salvaje desorientado y confundido, porque nunca mas volverán allá y también tendrán la Vida eterna, que las hadas, nos dio a todos los que vivimos, en este hermoso y maravilloso mundo mágico de Luz. Después de varios días, las hadas fueron al mundo mágico y vieron que las vacas y las gallinas, estaban sanas y robustas, ya que volvieron a producir leche y huevos y lo compartían con sus hermanos. Ese día, hubo una gran fiesta, en el mundo mágico de Luz, ya que estaba pendiente, la bienvenida de las vacas y las gallinas. Todos vivían felices porque las hadas, siempre estaban pendientes de todos y jamás los abandonaban.