domingo, 27 de marzo de 2011

“La Vida libera y rompe las cadenas de la esclavitud”

En 1930 había una pareja que tuvo muchos hijos y como estaban mal económicamente, los repartieron a sus familiares. Una de sus hijas fue criada por una tía que era viuda y tenia tres hijos. La niña se llamaba  Libertad, la tía era muy cruel y mezquina con ella, la crió para que cuando creciera fuese su sirvienta. Libertad lloraba todos los días, porque quería visitar a sus padres y la tía no la llevaba porque se encontraban muy alejados. La tía solo le dio tres años de estudio y después fue la sirvienta de ella y sus hijos, que la trataban muy mal e incluso la vestían con ropa que a la tía y a sus hijas mujeres le sobraban. Pasados los años cuando Libertad tenia 13 años conoció a Verdugo que tenia 21 años. El la enamoraba y se veían en las noches a escondidas, mientras dormían su tía y primos. Libertad inocentemente le contó que era sirvienta de su tía y lo mal que la trataban su familia. Verdugo se aprovechó de ello y tuvo sexo con ella y la embarazó. Un cierto día Verdugo le dijo: Ven a vivir  a mi casa y allí nadie te tratara mal. Libertad le contestó: No puedo salir de la casa de mi tía porque mis padres, me dejaron bajo la responsabilidad de mi ella. Verdugo le respondió: la única forma que salgas de ese lugar, es que nos casemos, antes de que se note tu barriga, yo iré a hablar con tu tía. Fue así como Verdugo pidió la mano de Libertad, la tía se opuso y Libertad le contó que estaba embarazada. La tía muy molesta le dijo: como es posible que hayas faltado el respeto a mi hogar, no me queda más que aceptar que te cases para que no seas la vergüenza de la familia. Fue así como libertad se casó con Verdugo. Los primeros años aparentemente todo era felicidad. Cuando llegaron al tercer hijo, Verdugo empezó a tomar y a llegar malhumorado y un cierto día, mientras Libertad atendía a sus hijos, Verdugo gritaba: ¡Mujer deja a esos chicos y atiéndeme ¡Tengo mucha hambre, sírveme la comida! Primero soy yo. Libertad asustada lo atendía rápidamente. Sus tres hijos lloraban en coro, Verdugo muy molesto, con un solo grito los callaba. Libertad después de atender a su esposo, que se quedaba dormido sobre la mesa, iba al dormitorio de sus hijos y los consolaba, porque los tres niños estaban traumados por los gritos de su progenitor. El mundo de libertad se había vuelto un martirio, ella se resistía a tener sexo con Verdugo, pero el la obligaba y la agarraba a golpes y la embarazaba año a año y llegó a tener solo siete hijos, porque ella se fue a una curandera que le dio hierbas para evitar salir embarazada. Pasados los años, Libertad estaba envejecida de tanto sufrir y llorar, porque se había convertido en la esclava de su esposo y de sus hijos, ya que ellos, eran igual a su progenitor y querían que ella les atendiera en todo, lo mas rápido posible. La mayor de sus hijas, salio embarazada y fue madre soltera y nació una niña. Libertad la crió como su hija, porque la hija mayor la despreciaba, porque el papá se había burlado de ella y el la dejó. Libertad amaba mucho a su nieta y cuando ella creció era igualita a ella físicamente y en sus sentimientos, la nieta llamada Vida que tenía 9 años le ayudaba a servir al abuelo y a sus tíos y defendía a su abuelita. La hija mayor tuvo cinco hijos más de otro hombre que también la abandonó y Verdugo la recibió en su casa, porque ella era su hija consentida. Libertad y Vida criaron a los cinco niños, porque la hija mayor de nuevo se fue con otro hombre, abandonando a sus hijos. Verdugo y sus hijos eran muy crueles con Vida, porque de la nada la agarraban a golpes y la dejaban como a un boxeador noqueado. Libertad la defendía y Verdugo también la agarraba a golpes, Vida golpeada y llorando curaba a su abuelita de los golpes y le dijo: Abuelita pronto, nos iremos muy lejos de la presencia de mi abuelo y de mis tíos, para que nunca mas nos vuelvan a esclavizar ni a golpear. Libertad llorando dijo: Hijita jamás abandonaré mi hogar, porque soy responsable de mis acciones y yo misma tome esta decisión errónea de casarme, pensando que iba ser feliz y me equivoqué. Saldré de esta casa directo a mi sepultura. Vida le preguntó: Abuelita ¿Por qué has soportado tanto a mi abuelo, a mi mamá y a mis tíos? si ellos son injustos contigo y jamás te ayudaron en nada. Libertad respondió: Yo cumpliré mi rol como esposa y madre, hasta que yo parta de este mundo y algún día ellos se darán cuenta de su error. Vida dijo: Abuelita ¡Perdóname! lo que voy a decir. Tu me enseñaste valores y a tener mucha dignidad, como es posible que permitas que te humillen. Yo no comparto contigo de dejar que los demás destruyan nuestra vida, yo tengo mi autoestima muy elevada, amo mi cuerpo y me iré apenas pueda de este infierno. Libertad le respondió: Yo siempre tuve, dignidad y valores y por eso te las inculque, porque esa era mi esperanza, que tú seas libre y estoy feliz, porque mi sacrificio no fue en vano. Pasados los días, Vida se recuperó de los golpes y una noche mientras todos dormían, alistó su ropa para irse. Libertad llorando le dio la bendición y le dijo: ¡Hijita, se libre! Y cuídate mucho recuerda siempre conservar tus valores y por favor cuando puedas, ven y llévate a tus hermanitos, para que ellos no sufran como nosotras hemos sufrido. Vida, con lágrimas en los ojos, abrazó muy fuerte a su abuelita y le dijo: Abuelita gracias por amarme y enseñarme a amar mi vida, ¡Te prometo! que regresaré por mis hermanitos. Apenas consiga una buena labor. Te enviare dinero para la  comida de ellos y ropa. Libertad la ayudo a salir de la casa y se quedo llorando. Verdugo se despertó muy temprano, con vulgaridad y gritando dijo:&%&/ ! Vida levántate! y sírveme mi desayuno. Libertad le dijo: Vida ya no vive aquí, porque se fue de este infierno, donde solo hay dolor y esclavitud para las dos. Verdugo airado le contestó: Mejor que se haya largado, así tú sola seguirás siendo mi esclava. Libertad le respondió: ¡Ahora comprendo! porque me enamoraste y me sacaste de la casa de mi tía, porque competiste con ella y quisiste que también sea tu sirvienta y a la vez tu concubina y me obligaste a tener sexo para embarazarme, pero sabes gracias a la sabiduría divina que tengo, me supe cuidar para no tener mas hijos de alguien, que sólo uso mi cuerpo para satisfacer su necesidad y nunca me amo. Verdugo jalándole los cabellos le dijo: Las mujeres solo sirven para tener sexo y para que sean esclavas, así que cállate y sírveme a mí y a mis hijos, que para eso estas en este mundo. Libertad mirando a su esposo e hijos les dijo: hace tiempo que pude haberme ido como lo hizo Vida, pero saben ¿Por qué no lo hice? porque los amo y con mis buenas acciones, con  la valentía y la fortaleza que Dios me da, siempre se los demostré y se los demostraré para que Uds. También sean libres de la maldad que los domina y los esclaviza. Verdugo gritando dijo: ¡Basta ya! ¡Cállate! o quieres que te agarre a golpes ¡Ya atiéndenos! Pasados los años, Vida fue una gran artista famosa y tuvo mucho dinero y decidió liberar a su abuelita y a sus hermanos. Fue con sus guardaespaldas en un carro muy grande y tocó la puerta y salio Libertad bastante envejecida,  Vida abrazó muy fuerte a su abuelita y hermanos y les dijo: He venido a sacarte de este infierno a ti y a mis hermanos y por favor no te resistas, porque te llevare a la fuerza. Libertad con lágrimas en los ojos le dijo: Hijita me iré con Uds. ya cumplí mi rol como esposa y madre, con mi esposo y mis hijos pero mi sacrificio con ellos fue en vano, porque ninguno lo valoraron. Iré a sacar mis cosas y la de tus hermanos. Vida dijo: Abuelita deja todo y ven a tu nuevo hogar, donde tendrás de todo y nada te hará falta y juntos con mis hermanos, seremos muy felices. Verdugo y sus hijos, agresivamente  salieron a impedir que se fueran. Los guardaespaldas de Vida, de un solo empujón los apartaron. Libertad y sus nietos fueron rescatados del mundo infernal en que vivían. Vida, su abuelita y hermanos fueron vestidos y atendidos como reyes y fueron muy felices en su nuevo mundo, hasta la eternidad.