En el año 65, Una pareja se encontraba, en un barco, de luna de miel. El hombre se llamaba Héroe y era salvavidas, la mujer se llamaba Ayuda y era médico. Se amaban mucho y ambos se juraban, Amor eterno y que darían la vida el uno por el otro. Un cierto día mientras ellos, estaban en su habitación, en plena intimidad, se apagaron todas las luces. Los camareros tocaron la puerta, gritando: ¡Alerta roja! que significaba peligro y evacuación. Ellos se vistieron a oscuras, rápidamente a averiguar, que es lo que sucedía. El barco, había chocado con una roca, que había afectado todo el control mecánico y eléctrico y hubo fallas técnicas, por falta de energía y estaban completamente incomunicados y a oscuras, porque nada funcionaba sin energía. Y lo peor de todo que había pocos botes y decidieron, que todas las mujeres y niños, subiesen a los botes con los marineros, para que vayan en busca de ayuda. Hubo un caos terrible, porque la gente había entrado en pánico, porque todo estaba completamente oscuro, en el barco y todos los hombres, querían subirse a los botes, con su familia. Y en los forcejeos, destrozaron los pocos botes, que tenían. Todos los hombres se insultaban y se agredían y nadie buscaba soluciones. El hombre, llamado héroe, en voz alta dijo: ¡Basta ya! ¡Dejen de pelearse y cálmense! tenemos que hallar una solución y tengo una gran idea, que por favor, quiero que la escuchen: Yo como salvavidas que soy, me comprometo en ir a buscar ayuda, en una balsa, yo se, que con la ayuda de Dios y mi esposa lo lograremos. El capitán le dijo: es imposible que lo logré estamos a muchos kilómetros de distancia de la orilla. Héroe respondió: nada es imposible, cuando hay voluntad y disposición. Ayuda dijo: mi esposo, tiene mucha razón y nada se pierde con intentarlo y yo lo acompañare para darle valor. Al ver la actitud y el optimismo y la unión que tenía la pareja, dos parejas también se comprometieron voluntariamente en seguirlos. Fue así, como los hombres ayudaron e hicieron varias balsas, con los botes rotos e hicieron veleros, para que les hagan sombra y el viento los ayude. Las tres parejas se llevaron una lámpara, una brújula, provisiones y agua para el camino. El capitán dijo: oremos a Dios, porque lo logren, antes que se nos acabe las provisiones. Héroe, antes de subir a la balsa, le dijo: Tiene Ud. mi palabra que Dios, mi esposa y yo los rescataremos a todos, buscaremos ayuda, a costa de nuestras propias vidas. Las tres parejas valientes salieron y se ayudaban con los remos. Héroe y Ayuda avanzaban y las otras dos parejas, que iban atrás de ellos, se llenaron de mucho miedo y decidieron regresar al barco. A Héroe y Ayuda se les notaba muy cansados, porque habían remado mucho y habían logrado avanzar bastante. Llegada la noche, se turnaban para dormir. Mientras el otro remaba. Los dos se abrazaban y se daban mucho valor y ánimo, para seguir adelante, valientemente luchaban, con las olas, que los zarandeaban. Había pasado veinte días del suceso. A Héroe se le veía muy cansado, débil y deshidratado, con hambre y con mucha sed, porque se les había agotado los alimentos y el agua. Ayuda abrazó a su esposo que agonizaba, porque el había remado más que ella, había comido y dormido poco, para que su mujer esté bien. Ayuda, con lágrimas en los ojos, le dijo a Héroe: Te prometí que yo daría mi vida por ti y lo haré, para que Dios y tú, cumplan la promesa, que le hiciste al capitán y a todas esas personas, que creen y confían en nosotros ¡Te prometo Amor! que nos salvaremos y los rescataremos a todos, yo jamás me daré por vencida, miro al cielo y dijo:¡Dios mió! dame tu valentía y tu fortaleza, para seguir remando y pedir ayuda. Ella remaba sin parar. Cuando de pronto vio un yate. Ella se paró en la balsa, moviendo un trapo blanco y con voz entre apagada, gritaba ¡Ayuda! ¡Ayuda! El yate se acercó y le preguntó que había pasado, Ella contó lo sucedido y los subieron a ambos al yate, les dieron abundante fruta y agua. Héroe, se fue recuperando, abrió los ojos y a su esposa le dijo: ¡Lo lograste Amor! ¡Eres muy valiente! Ayuda le dijo: ¡Amorcito! ¡Gracias a ti! que remaste más que yo, comiste y bebiste menos para dármelo, me cuidaste, para que tuviese fuerzas, para yo ayudarte, para que juntos con Dios, cumplas la promesa que hiciste. Cuando llegaron a la orilla, los llevaron de emergencia a ambos, para que sean atendidos. Los dueños del yate, pidieron ayuda, para que rescataran, a toda la gente, que se habían quedado en el barco. Fue así, como todos fueron rescatados del barco. El Capitán fue al hospital donde la pareja valiente estaba internada. Se acercó a Héroe y le dijo: Pensé que jamás lo iba a lograr. Muchas gracias por darme una lección, porque con Uds. aprendí que lo último que se pierde, es la esperanza en Dios, que los ayudo a Uds. A sobrevivir en medio de las olas y tanto peligro. Héroe le dijo: estoy convencido, que cuando se tiene un gran “Amor incondicional” por salvar la vida, de nuestro prójimo, Dios jamás nos desampara ni nos abandona, el me envió mi alma gemela, que es mi esposa Ayuda y ella me salvó y nos salvó a todos valientemente. El Capitán le dijo: Ambos nos salvaron a todos, porque Ud. fue el de la idea de las balsas y salir a pedir ayuda. ¡Gracias hermano! por esa valentía, yo como Capitán de barcos, ¡Le prometo! que a partir de hoy, seré mucho más valiente, E intentaré, ser imagen y semejanza de Ud. Porque se que, el Amor de Dios vive en uds. se despidió de héroe. Luego Fue a ver a Ayuda y acercándose, le dijo: ¡Gracias! mujer guerrera y valiente, jamás olvidare lo que Ud. hizo por su esposo y por todos nosotros. Ayuda con voz humilde, le dijo: El mejor agradecimiento, que nos dará a mí y a mi esposo, será que Ud. sea un buen capitán y que siempre haga, hasta lo imposible, por ayudar y salvar, a sus pasajeros. El Capitán, con lágrimas en los ojos, respondió: ¡Le prometo que lo haré! Y enseñare esta lección, de este gran “Amor incondicional”, a todo aquel que se crucé en mi camino. Y salió al pasillo del hospital y vio a todos los pasajeros. Uno a uno, entraban a agradecerle, a la pareja valiente, por haberlos salvado a todos. Pasados los días Héroe y Ayuda, salieron bien restablecidos del hospital y estaban muy contentos, porque el médico les había dado la noticia, que Ayuda estaba embarazada. Cuando estaban en la puerta del hospital. Se dieron con la gran sorpresa, que estaba el Capitán y los pasajeros que fueron rescatados. Juntos habían organizado una gran fiesta de agradecimiento y cuando entraron al local, vieron a una multitud de invitados, entre ellos muchos reporteros y periodistas. Todos aplaudieron fuertemente a la pareja valiente de “Amor incondicional”.