En una tienda de ropa, muy famosa, trabajaban muchas mujeres vendedoras, que eran muy santurronas y amargadas, por ello las ventas, eran muy lentas. Un cierto día los dueños, contrataron a una Mujer feliz, muy alegre, optimista, bromista, se vestía a la moda, mientras que las demás, eran criticonas, se vestían anticuadas y se dedicaban a chismear, a desprestigiar y calumniar a esta noble Mujer Feliz, ya que desde el primer día, con su alegría, atraía a muchos clientes, pero ella las ignoraba, nunca dejaba que sus comentarios, la perturbarán. Pasados los días, las ventas habían ascendido enormemente y la Mujer Feliz , ganaba grandes comisiones, mientras que las santurronas, solo ganaban su sueldo, porque casi no vendían nada, porque estaban dedicadas, sólo a chismear y a difamar a la Mujer Feliz , con la clientela, pero las personas, ni caso les hacían, a lo contrario, por sus comentarios, les caían antipáticas esas mujeres y más le compraban a ella. Pasados los meses, se acercó a la tienda, un Extranjero a comprar ropa, para obsequiarla a una fundación, y la Mujer Feliz , lo atendió con la sonrisa en los labios, ambos se miraron, como se conocieran de toda la vida, ella le sugirió las mejores ropitas, el se fue muy impresionado e impactado, por el Amor y la alegría que irradiaba, esta noble mujer. Pasados los días, el Extranjero, regresó a la tienda a buscarla y ella no había ido ese día, porque estaba indispuesta por una gripe. Lo atendió una de las peores santurronas y le dijo: Esa mujer de la vida, ya no trabaja aquí, porque los dueños, la votaron por prostituta. El extranjero le dijo: pero esa noble mujer, se ve que es muy optimista, muy culta, muy decente, muy alegre, muy llamativa y muy entusiasta, en ningún momento vi nada malo en ella. La mujer santurrona le dijo: Ud ha venido a comprar ropa o a comprarla a ella. El extranjero le respondió: ¡Ya veo muy claro! lo que sucede, es que Ud. Envidia a su compañera, le doy un consejo: porque no procura, parecerse en algo a ella, así dejara de espantar a la clientela, con sus calumnias y malos comentarios, la santurrona muy descortés, lo votó de la tienda. Las demás santurronas, le dijeron: esta vez se te pasó, la lengua y la mano. A los tres días, la Mujer Feliz regresó a la tienda, y una de las santurronas que escuchó, lo que le dijo el extranjero a la peor de las santurronas, decidió seguir su consejo y ese día se modernizó, se puso a la moda y se acercó a la mujer feliz y le dijo: Hace tres días, regresó el Extranjero guapo, que compró mucha ropa, para obsequiarla, ¿Lo recuerdas? ¡Si! le respondió la Mujer Feliz , Y preguntó: ¿Que dijo?: Vino a hablar contigo y la que te odia le dijo: que eras una prostituta y que los dueños, te habían votado por eso, el Extranjero, le dio un consejo a ella y me dio una gran lección a mi, decidí cambiar y parecerme en algo a ti, te pido me perdones y por favor acepta mi amistad sincera, porque yo también te envidiaba, pero jamás te odie, para llegar a bajezas de calumniar y difamar de esa forma a alguien sea, quien sea. Ambas se abrazaron y la mujer feliz le dijo: seremos muy buenas amigas y ayudaremos a los dueños, a tener más clientela. Así habrá más dinero y nos pagarán mas comisiones por las ventas y nos aumentarán el sueldo. Las demás santurronas, al ver la acción de la Mujer Feliz y de la que decidió cambiar, con lágrimas en los ojos, se acercaron y una de ellas dijo: nosotras también queremos cambiar, te pedimos perdón por haber chismeado y calumniado, para querer ganarnos a tus clientes, puedes ayudarnos como hacerlo, la mujer feliz las abrazo y les dijo ¡Claro que si! Juntas con nuestra presencia, optimismo y alegría lograremos atraer muchos, pero muchos clientes y ayudaremos que los dueños, crezcan en su negocio y nosotras también, seremos prosperas. La Mujer Feliz, se acercó a la peor de las santurronas y le dijo: ¡Te perdonó! todo lo que has hablado de mí, ¡Te comprendo! porque se que eres madre soltera y tienes una gran responsabilidad y te has cargado de preocupación, ya que todo este tiempo, no has tenido ni una sola venta y nos has ganado comisiones, por las ventas mas altas y apenas has ganado tu sueldo, ella abrió su cartera y le dio una buena cantidad de dinero y le dijo: ¡Toma este dinero y compra víveres, para tus dos niños, y aquí tengo vales de ropa para ti y tus hijitos! que me regalaron los dueños, por mis fuertes ventas, aquí en la tienda. La santurrona que la odiaba, lloró arrepentida, como una niña, y le dijo: ¿Por qué eres tan buena? ¿Por qué en lugar de odiarme o acusarme con los dueños, para que me voten, me premias? Jamás te acusaría con nadie, eres mujer igual que yo, al igual que tu, yo también soy madre soltera, tengo mis dos hijos y se la gran responsabilidad, que tiene una mujer abandonada y con hijos. Recíbeme lo que te doy, porque no soy yo, la que te lo da, es el Universo, que jamás abandona sus hijos, La mujer la abrazó muy fuerte y le dijo: ¡Por favor perdóname! por todo el daño que te causé, con mis chismes, mis calumnias y difamaciones. La mujer feliz le dijo: Nada tengo que perdonarte, porque nada de eso me afectó, ya que yo tengo, una gran armadura, que el Universo me dio y que me protege, todos los tenemos, si no que a muchos y a Uds. les falta aceptarla. La mujer que había cambiado le preguntó: y ¿Cual es esa armadura? La mujer feliz le dijo: la Armadura es: el Casco que representa a la Vida, que tenemos en nuestro cuerpo, en nuestro sistema inmunológico y la tenemos en abundancia, el Escudo representa: a la Fe y a la Confianza que debemos tener siempre, que somos libres, para hacer lo mejor, que podamos, por nosotros y elegir nuestro propio destino y el Arma que es: toda buena palabra buena, de Amor, de bendecir, de bien decir, hablar bien para que irradiemos “Buenas energías” y sea de bendición, para todo lo que nos rodea. Las mujeres santurronas, aprendieron una gran lección y todas cambiaron su forma de vestir y lograron ser muy semejante, en sentimientos a la Mujer Feliz y todas ascendieron en sus puestos, porque habían hecho, las ventas más altas en ese año. Todas fueron premiadas por los dueños, porque habían abierto cinco tiendas más y dieron mas trabajo, exclusivamente a madres solteras y a padres solteros, en agradecimiento les regalaron a las pioneras, tres pasajes de ida y vuelta para viajar al extranjero y a donde ellas escogieran el lugar. Fue así que la Mujer Feliz , viajó con sus dos niños al extranjero y se encontró con el hombre, que le compró mucha ropa, para una fundación, ambos se reconocieron y el le dijo: ¡Sabes! Tuve que viajar urgente a mi País, para ver los negocios, que me dejó mi Padre, y lo hice con mucha tristeza, porque estaba dejando, lo que mas amaba. Antes de viajar decidí hablar, con los dueños de la tienda, para hacerles ver el valor y el sacrificio de Uds. las mujeres, ya que corrían muchos riesgos y muchas humillaciones por ser vendedoras. Y veo que me escucharon. Yo no creo en la casualidad, creo en la causalidad y presentía en mi corazón, que el Universo te iba a traer a mi lado, ya que yo fui ese día, a decirte lo mucho que te amaba, porque estoy plenamente seguro, que en otras vidas, nos hemos conocido y hemos sido pareja y que por ignorancia, perdimos nuestros cuerpos, por eso estaba convencido que el Universo nos estaba juntando de nuevo, para que en esta vida seamos muy felices. La Mujer Feliz le dijo: yo también sentí lo mismo y espere con paciencia, la voluntad del Universo y ahora si puedo estar segura, que puedo ser feliz, con el hombre, que siempre amé y amaré hasta la eternidad, al lado de mis hijos. El hombre la abrazó muy fuerte, al igual que a sus hijos. Ambos decidieron casarse, en el País de la Mujer Feliz , lo hicieron e invitaron a su familia, amistades, a los dueños vendedoras y vendedores, clientes, etc. Fue así como la Mujer Feliz , logró que los dueños, también se humanizaran con todas las personas necesitadas, porque hicieron una fundación para ayudar. La mujer feliz y el extranjero, eran grandes empresarios e hicieron una gran fundación y la donaron, para ayudar, a muchas personas, con minusvalidez, ancianos, niños huérfanos, madres y padres solteros y pusieron talleres de artesanía, cocina, etc. Para que laborarán, administrarán y compartieran los gastos, entre ellos y se ayudaran entre todos. Pasado el tiempo, ellos regresaron con sus hijos, a vivir a la tierra del Extranjero y ese lugar se llamaba “El Paraíso”