jueves, 13 de enero de 2011

“El hombre que entregó a su mujer” Nombres figurativos.

 
En la edad media, había un pueblo donde una familia de un hombre llamado Pelitos que era muy religiosa estaba en desacuerdo con esa relación porque ella profesaba otra creencia diferente a ellos, ya que todo el tiempo se golpeaban el pecho, iban  a la iglesia y hablaban mucho de un supuesto dios de temor y más nombraban a satanás y sus demonios, Pelitos llevó a Ojitos a visitar a su familia por primera vez y estos le preguntaron: ¿Queremos saber porque le has llenado la cabeza de malas ideas a nuestro hijo y nunca nombras a dios y nos hemos enterado por ahí que siempre hablas de cosas raras? Ojitos respondió humildemente: Lo de menos es la religión que se profesa, lo importante es tener mucho Amor y respeto por todo lo que nos rodea, tener buenas acciones  y valorar lo que el Universo y la Madre Naturaleza nos provee que es el oxigeno, el agua y los frutos puros que los árboles y plantas nos dan y debemos preocuparnos por amar a nuestro cuerpo y valorar mucho la Vida que tenemos para irradiar energías de Amor para todo el mundo y vivamos unidos, felices y contentos. La familia comentaban entre ellos: esta mujer esta loca porque ni siquiera va a la iglesia ni le teme a dios estos le dijeron: ¡Tú estás loca y no te queremos en mi familia! la trataron muy mal, la votaron y nunca la quisieron ni la aceptaron como esposa de él. El amaba mucho a su pareja y decidió voluntariamente apartarse de su familia  porque ellos la despreciaban. Ojitos y Pelito se casaron, se amaban, se valoraban y se respetaban mucho; ambos laboraban, se ayudaban, se apoyaban en todo. Ojitos ayudaba mucho a su pueblo a auto estimarse a amar al Universo y a la Madre naturaleza. Todas las mujeres admiraban a esta noble mujer y a su esposo porque llegaron a ser una perfección de Amor. Un día a Pelitos le dio mucha nostalgia estar lejos de su familia y le dijo a su esposa: Ojitos, quiero ir a visitar a mi familia para contarles lo feliz que somos con nuestros hijos. Ella le dijo: Amorcito ve a visitarlos y por favor procura evitar hablarles de mis creencias y respeta su religiosidad, prefiero mantenerme a la distancia para evitar incomodarlos. Pelitos muy contento fue con sus hijos a visitar a su familia y aparentemente lo recibieron bien, porque ignoraba los planes que ellos ya tenían preparados para él y su esposa; ya que ellos por otras fuentes sabían que era muy felices.  Él inocentemente contaba la gran felicidad que vivían ellos y cómo muchas personas admiraban a su esposa porque ayudaba incondicionalmente a las mujeres del pueblo. Pelitos visitó muchas veces a su familia y un cierto día la madre le dijo: El sacerdote de la iglesia dice que tu mujer es una bruja, porque ella le dice a toda  la gente que no es necesario ir a la iglesia y a apartado a muchos de dios para que no le teman, nunca habla de satanás y sus demonios para que no la descubran y se ha disfrazado de buena, porque quiso ganarse tu confianza para robarte tu alma, la de tus hijos y también se esta ganando muchas almas para mandarlas al infierno. Pelitos que fue contaminando su mente con todo lo que le decían ellos, se lleno de miedo, confundido y asustado dijo: ¿Que haré para salvarme y salvar a mis hijos? Sus padres le dijeron: ¡Hijito! quédate a vivir con tus hijos aquí con nosotros y tienes que ir a denunciar a esa bruja a las autoridades para que la metan a la hoguera y la quemen.  Pelitos dominado y hechizado por las palabras de su familia fue y denunció a su esposa. Las autoridades la detuvieron y le dijeron: Tu esposo te ha denunciado que eres una bruja y una hereje. Ojitos con lágrimas en sus  ojos humildemente le preguntó a su esposo: ¿Qué paso con el Amor que sientes por mí? Las autoridades la hicieron callar y se la llevaron. Las personas que la admiraban la defendían y  gritaban: ¡Déjenla libre! ¡Ella es una mujer muy buena que nos enseñó a amarnos y a respetar todo lo que habita en el  Universo y ayudó a todo el pueblo gratuitamente! ¡En cambio los religiosos siempre hablan de un dios de temor y de satanás que nunca existió, porque los demonios son todas las autoridades que nos explotan y nos roban nuestro dinero! Se acercaron al esposo y le dijeron: ¿Por qué entrego a su esposa a las autoridades? Por qué ha hecho eso con su esposa que es tan buena? Reaccione y ayúdela.  Pelitos salió corriendo de la multitud y se encerró en su casa. La gente seguía gritando y defendiendo a Ojitos y todo fue imposible porque las autoridades callaban y golpeaban a la gente y los votaron. La máxima autoridad de ese tiempo dijo: Hacemos presente que el esposo de esta mujer la denunció como bruja y nosotros que somos la justicia de dios haremos lo correcto para tranquilidad de el y de todos nosotros. Antes que le prendieran fuego a la hoguera, Ojitos dijo en voz alta: “Dios es Amor” y tiene paciencia con todos, El Amor de Dios que vive en mí y yo, les perdonamos, porque Uds. ignoran lo que hacen. La callaron, la golpearon y le prendieron fuego. La familia de Pelitos lo hallaron muerto en su casa, motivo de un derrame cerebral, sus hijos fueron criados y sometidos a la creencia de la familia de su padre. Pasado el tiempo la gente del pueblo de nuevo se sometió a las autoridades y por temor iban a la iglesia y vivían  llenos de rencor, de revancha, de venganza, de odio, de obsesión, de deseos, de chismes, de envidia, de competencia y de mucha ambición.