miércoles, 17 de febrero de 2016

¡De que vale!

¡De que vale! aparentar ser buenas personas y honorables, cuando se sabe claramente que mucha gente es causante de tanta crueldad, sufrimiento, angustia, dolor y agonía que acaba con muchas vidas, y aun sabiendo la verdad,  se burlan de sí mismos y de toda la humanidad.
¡De que vale! Tener un cuerpo, tener vida, tener un mundo, tener un título y ni lo saben ni guiar, ni sanar, ni cuidar, ni respetar, ni valorar.
¡De que vale! decir que son felices y viven en paz, cuando muchos son cobardes, que solo viven de apariencias y de el qué dirán, y hasta  perdieron su autoestima y la vergüenza por aceptar vivir en medio de tanta falsedad.
¡De que vale! Golpearse el pecho, ufanarse y decir que son enviados y guiados por Dios cuando tienen a muchos incautos, manipulados, desviados, trastornados y desequilibrados y predican al dinero que es su falso dios.
¡De que vale! Decir que son buenos gobernantes, que son justicia  y tienen autoridad,  cuando saben en su conciencia que están llenos de soberbia, orgullo, vanidad y ambición y ni tienen ninguna pizca de bondad, ni de humildad en el corazón.
¡De que vale! decir que están bien casados por civil y por iglesia, firmar un simple papel y/o recibir un anillo, si no hay amor, porque lo confundieron con un momento de pasión, deseos, apegos y obsesión que lastima vilmente a los sentimientos y perturba la razón.
¡De que vale! Decir que se aman y se respetan cuando no hay amor, se  ofenden, se agarran a golpes, a insultos y llegan hasta la humillación de perder la dignidad y el honor.