Este mundo cambiara cuando la humanidad deje de comportarse como cualquier animal salvaje y depredador y tomen consciencia de amar y valorar su vida y la vida de todos.
Para que nuestra mente evolucione y dejemos de ser un depredador más; primero tenemos que desechar toda tradición y costumbre para que limpiemos nuestra mente y nuestro corazón.
Muchos se resistirán al cambio, porque ignoran que comer toda especie de cadáveres de animales es el peor de los vicios que afectan el sistema inmunológico y la mente de toda la humanidad; ya que están generando malas energías que está perjudicando a la naturaleza y al universo.
“Lo que se siembra se cosecha”. Por eso es que nosotros tenemos que sembrar lo mejor que podamos para que nuestra descendencia disfrute de la buena cosecha y para que también siembren de la misma forma.
Amar es respetar la libertad de todos, para que tomen la decisión correcta de llevar por buen camino su cuerpo, su vida y sus actos; para ser un gran arquitecto de su destino.
Dejemos que el Espíritu de Amor que vive en cada uno de nosotros guie nuestra vida, para que empecemos a cuidar y a valorar a nuestro cuerpo que es un paraíso; a nuestro corazón que es el árbol de la vida, a Adán y Eva que son nuestras hormonas masculinas y nuestras hormonas femeninas, y a nuestro sistema inmunológico que son los animalitos que habitan en nuestro cuerpo.
Estamos a tiempo de enmendar los pecados, los karmas y/o los errores que hemos cometido por falta de conocimiento e ignorancia, todo lo malo que sucede en este mundo es producto de nuestros malos actos; ya que durante siglos de siglos hemos generado malas energías porque hemos sido cómplices de la muerte de toda especie de animalitos, matándolos y comiéndonoslo.
El peor error que hemos cometido es permitir que los animales al morir hayan sido transformados en microorganismos que producen enfermedades y que generen malas energías por culpa de nuestra necedad, ya que estos toman venganza de todo lo que habita en nuestro cuerpo y más aun esa mala energía es transformada en fenómenos naturales para que su venganza sea implacable y castigarnos de la más vil manera, por ello todos culpables e inocentes estamos pagando con creces nuestra ignorancia y peor aun nuestra madre tierra y el Universo están sufriendo las terribles consecuencias por nuestra ingratitud.
Los que tenemos el conocimiento que toda especie de cadáveres de animales se pudren en el estomago y estos microbios pasan a la sangre para lastimar al sistema inmunológico, jamás debemos culpar a nuestro Padre Universal ni creer que El nos pone a prueba enviando toda clase de enfermedades ni tragedias ni desastres ni mucho menos que todos mueran. La mayoría se enferma, sufre y muere por desconocimiento e ignorancia.
Agradezcamos tener este conocimiento para amar y valorar nuestro cuerpo para que nunca más sea un sepulcro de cadáveres y sea un paraíso para que nos ayuden y ayudemos a muchos a ser mejores cada día para lograr la paz entre todos.
Lamentablemente hay gente que por comer cadáveres de animales pierde el control mental porque permiten que malas energías irracionales los dominen y controlen para lastimar y hacer sufrir a su pobre cuerpo y a muchas personas buenas. Cuando esa gente deje de comer cadáveres de animales dejaran de ser títeres y marionetas de estas energías.
Valoremos el sacrificio diario que hace nuestro sistema inmunológico para que nuestras defensas generen buenas energías para darnos vida y vida en abundancia para todo el mundo.
Lo que sucede dentro de nuestro cuerpo, lo mismo sucede con los que viven en nuestro entorno y la persona que tiene Amor incondicional sacrifica su cuerpo cargando con todos los pecados, errores y/o karmas de los demás y aunque su sacrificio es doloroso logra renovarlo de amor y genera más buena energía para ayudar a todos unido al planeta y al universo.
La solución está en tener la voluntad y la disposición de amar a nuestro cuerpo para evolucionar y ser civilizados, tomemos consciencia de lo que estamos haciendo con nuestra vida y con todo lo que nos rodea; para que empecemos a valorar a los arboles y/o plantas que son nuestros hermanos mayores que cargan con el dióxido de carbono y se sacrifican diariamente para renovar el CO2 y darnos abundante oxigeno y agradezcámosles porque nos proveen de sus frutos puros para alimentarnos para que seamos herbívoros y dejemos de lastimarnos y de comernos los unos a los otros.
Procuremos en nuestros ratos libres mirarnos en un espejo, agarremos un lápiz y un cuaderno y autocritiquémonos nosotros mismos, enumeremos todos nuestros errores, leámoslo y enmendémonos, pidamos perdón a nuestro Padre Universal, a nuestra madre tierra, a todos los animales, a nuestros cuerpos y a nuestras mentes por haberlos lastimado con nuestros malos pensamientos y malos actos para que empecemos a generar abundante buena energía para ayudar a todo el universo.