sábado, 7 de septiembre de 2013

Los reyes y la bruja hechicera.

Los reyes y la bruja hechicera.
En un reino llamado tierra, había un castillo con muchas riquezas. Un rey anciano se encontraba muy grave de salud y mandó a llamar a su único hijo varón llamado Ariel, para despedirse de él y dejarle algunas recomendaciones.
Días después el rey falleció y al mes siguiente el príncipe Ariel fue nombrado Rey  y dueño de una gran riqueza.
En otro lugar donde habitaba gente ociosa  y hechicera, había una bruja que vivía en extrema pobreza.
Un cierto día la bruja estaba caminando por la plazuela cerca del castillo del rey Ariel y escuchó que el príncipe que era soltero y multimillonario había sido nombrado rey.
Ella era muy ambiciosa y decidió preparar un brebaje para verse bella y que el príncipe se quedará hechizado y encantado con ella.
Fue así que tomó el brebaje y logró cautivar y hechizar al rey Ariel, se le acercaba y le coqueteaba y fue así como logró hacerse su amiga, y le dio de beber varios brebajes sin que se diera cuenta. Y el rey estaba atontado con ella. Tiempo después ella se embarazó de otro hombre que era brujo igual que ella y un cierto día ayudada por su marido hechicero subió por una escalera y entró a la habitación del rey mientras estaba dormido y se echó su lado. Al día siguiente el rey Ariel se despertó desconcertado y perturbado porque no recordaba nada de lo que había hecho con la hechicera.
La bruja al mes le dijo que estaba esperando un hijo de él, y se casaron sin hacer ninguna celebración, ella se fue a vivir al castillo y todas las noches la bruja se escapaba para estar con su amante hechicero.
Un cierto día el rey Ariel salió a otro reino, porque fue invitado a una reunión de reyes de varios reinos y mientras estaba cabalgando en su caballo, se le cruzó en el camino un carruaje donde se encontraba una bella mujer de cabellos rizados y castaño, el carruaje se chocó con el caballo, el caballo se asustó y lo hizo caer a él.
La bella mujer salió asustada, se acercó al rey que estaba desmayado porque se golpeó la cabeza. Llamó a sus sirvientes y lo subieron a su carruaje, lo llevó a su reino, llamado Paraíso, era un bello lugar con flores y árboles frutales y había animales herbívoros.
Ella bajó del coche y sus sirvientes bajaron al rey y entraron a su reino donde había mucha paz.
El rey se había golpeado la cabeza muy fuerte, le trajeron agua tibia y ella le colocó paños húmedos en la cabeza. De pronto el rey Ariel abrió los ojos, ambos se miraron tiernamente y de inmediato se rompió el hechizo de la bruja.
El rey sintió la necesidad de abrazar muy fuerte a la bella mujer y le preguntó: ¿Cuál es tu nombre? ella le respondió: Ariela.
El rey le dijo: me llamo Ariel y soy rey del reino tierra.
Ella sonriendo le dijo: Tenemos casi el mismo nombre. Y ambos somos reyes de nuestro reino. Los sirvientes le prepararon ensaladas de vegetales y frutas. Al rey le agrado comer alimentos que cultivaban la tierra.
El le contó con lágrimas en los ojos: Fui hechizado por una bruja y me casé con ella controlado por su hechicería y porque me dijo que estaba embarazada pero ella siempre me daba de tomar brebajes por eso no recuerdo haber estado con ella íntimamente, ya que nunca la toque sexualmente, tengo la plena seguridad que él hijo que espera no es mío.
Ariela le dijo: Tienes que ser muy valiente para enfrentarte a esa hechicera y decirle que se acabó su hechizo y si ella quiere poder y riquezas se las puedes dar a cambio de tu libertad. Y humildemente te ofrezco que vivas en mi reino llamado Paraíso.
Ariel le respondió: Ahora que se rompió el hechizo y volví a ver la realidad, te prometo que seré valiente y lo haré para recuperar mi libertad, le dejaré mi reino y mis riquezas que es lo único que le interesa.
El rey Ariel y la reina Ariela asistieron a la reunión de reyes en otros reinos y contaron lo sucedido con la bruja hechicera ambiciosa, todos los reyes lo apoyaron en su decisión y le ofrecieron su ayuda.
La reina Ariela le dijo: Las puertas de mi reino están abiertas para ti y todas las personas que gusten venir a vivir aquí.
El rey Ariel llegó a su reino decidido a enfrentarse a la bruja pero espero a que naciera su hijo. Llegó el día que la bruja culminó su embarazo y tuvo un niño.
Al día siguiente el rey Ariel se acercó a la bruja y le dijo: El hechizo que me hiciste se rompió y para siempre, ya se que eres una bruja hechicera que solo le interesa mis riquezas y mi reino.
La bruja airada le contestó: ¡Nunca te dejaré libre! tenemos un hijo que es el príncipe de este reino que nos ata y para siempre.
El rey Ariel le dijo: Nunca me volverás a atar, ni siquiera con un hijo que sabes bien que no es mío, porque nunca te toqué. En este momento me voy para nunca volver.
La bruja le dijo gritando: ¡Si te vas, me mataré y mataré a este niño y pesará en tu conciencia!
El rey Ariel le respondió: ¡Eres falsa y cruel! ni tus chantajes sentimentales impedirán que me vaya. Abrió la puerta y todos sus sirvientes que habían escuchado los gritos le dijeron: Rey Ariel durante años le hemos servido fielmente, por favor no nos deje con esa bruja llévenos con Ud.
El rey Ariel aceptó y salio con todos los sirvientes fieles sin llevar nada.
La bruja se quedó riendo, porque al fin era dueña del reino y de todas las riquezas del rey Ariel. E inmediatamente trajo a vivir al papá de su hijo y a todos los hechiceros al reino tierra. Y con el tiempo como eran gente ociosa, viciosa y floja acabaron con todas las riquezas y volvieron a estar en extrema pobreza.
El rey Ariel y sus sirvientes fieles se fueron a vivir al reino Paraíso. Todos sus sirvientes eran agricultores y vegetarianos, amaban y cuidaban la tierra alimentaban y respetaban la vida de todos los animales que eran herbívoros.
El rey Ariel y la reina Ariela se casaron y los reyes de otros reinos le dieron su bendición y vivieron muy felices, unidos y en paz.

MENSAJE: Quien se autoestima, ama, cuida, respeta, defiende protege y valora a su Espíritu, alma y cuerpo que es su propia vida, hará de su mundo, un paraíso, un reino de los cielos y tendrá todas las bendiciones por ser fiel y leal respetando la Vida de toda la humanidad.