¡Hoy me convencí!
Que cada uno es responsable de su cuerpo que es su propio mundo, que debemos instruirnos y hacer lo mejor que podamos para darle mucha paz y esa paz regrese al Universo para que nos devuelva esa misma paz.
¡Hoy me convencí!
Que debo unirme al Espíritu de Amor que habita en este maravilloso mundo donde hay abundante luz que me ilumina y me da Vida.
¡Hoy me convencí!
Que tengo una gran compañía que me da su aliento, que jamás me abandonó ni me abandona, ni me abandonará.
¡Hoy me convencí!
Que amaré a mi Espíritu y juntos cuidaremos, respetaremos, valoraremos, consolaremos, educaremos, alimentaremos, instruiremos, ayudaremos, orientaremos, defenderemos y protegeremos a todo lo que habita en mi cuerpo porque son nuestros hijos y que debo hacer de mi hogar un mundo de Amor, Verdad, Perdón y Vida, para que este cuerpo maravilloso sea un ejemplo de Vida para los demás mundos.
¡Hoy me convencí!
Que tengo la mejor riqueza del Universo que es mi cuerpo, mi propio mundo y daré la Vida una y otra vez por todo lo que entre y habite en mi cuerpo que es mi propio mundo, para que me ayuden a lograr la perfección y así lograré mi completa liberación.
¡Hoy me convencí!
Que jamás debo sentirme responsable ni culpable por lo que le pueda suceder a otros cuerpos, porque mi cuerpo es un mundo de paz que genera las mejores energías que ayuda al Universo a darle abundante Vida a toda la humanidad.
¡Hoy me convencí!
Que debo cuidar a mis energías, a mis impulsos, a mis instintos, a mis debilidades, a mis pensamientos, a mis emociones, a mis sentimientos, a mis palabras y a mis acciones, para que ninguno me vuelva a juzgar ni a condenar y mucho menos que lastime ni extermine a mi cuerpo que es inocente y es un mundo de Amor.
¡Hoy me convencí!
Que soy libre, para amar hasta la eternidad.
Ya nada ni nadie puede dañarme porque mi cuerpo es un mundo de luz y perfecta paz.
¡Ahora echo fuera de mi mundo a toda energía involucionada y tóxica que estorba y quiera perturbar mi paz interior!
Amo, cuido, respeto y valoro, cada parte de mi cuerpo que es un mundo de Amor, Verdad, Perdón y Vida, y ya nada ni nadie puede contaminarlo. Porque soy libre para sentir el Amor de mi Padre del Universo, de mi Madre Naturaleza y de mis hermanos Celestes, Angelicales y Espirituales.