A muchos les parecerá locura lo que leen al saber que el cuerpo humano tiene dos cerebros, ya que parecen de ciencia ficción pero es verdad y literal de la evolución.
Los cerebros controlan el comportamiento. El pequeño cerebro en el intestino tiene almacenado una variedad de programas de comportamiento como una computadora. El estado digestivo determina que programa llama de la computadora y se ejecuta. La serotonina de todo el cuerpo crucial para tener bienestar esta ubicada en un 95% en el intestino.
Lo que es bueno para un cerebro es bueno para el otro. Ambos cerebros son como una computadora y usan el mismo hardware para ejecutar programas distintos.
Hay una relación entre lo emocional y lo físico. Por ello es que constantemente sugerimos que seleccionen sus alimentos e información y sobretodo que constantemente instruyan y eduquen todo lo que respiran, comen, beben, miran y oyen y así ayudarán a evolucionar todo ello, para que les retribuya dándole buena energía y sanidad al cuerpo y al alma.
La Madre naturaleza y el Padre del Universo en vez de poner un pack de 100 millones de neuronas en algún lado del cerebro o la medula espinal que tiene un largo trecho hasta el tracto intestinal, puso el circuito justo al lado del sistema que requiere control. E ahí cuán importante es seleccionar sus alimentos materiales, ya que de ello depende que energías vayan a generar para tomar total control de sus pensamientos antes que se vuelvan acciones.
El sistema nervioso enterico es un vasto almacén químico en el que están representadas todas y cada una de las clases de neurotransmisores que operan en nuestro cerebro.
El rol del sistema enterico es manejar cada aspecto de la digestión, desde el esófago hasta el estomago, el intestino delgado y el colon.
El segundo cerebro o pequeño cerebro, logra todo eso con la misma función que el cerebro grande, ya que también es una red sofisticada y autónoma de circuitos neurales, neurotransmisores y proteínas.
Existe una paridad entre los dos cerebros que existe en el cuerpo humano: la mente humana tiene estrecho vínculo con un almacén químico intestinal.
Las reacciones habituales del organismo como los nervios que se reflejan en una gastritis, la sensación de ansiedad, depresión, síndrome de irritabilidad, hemorroides, úlceras y hasta el parkinson manifiestan síntomas tanto a nivel cerebral como intestinal. La mayoría de los seres humanos con ansiedad y depresión tiene alteraciones en las funciones intestinales.
Un síntoma en un cerebro repercute en el otro. Los antidepresivos causan problemas gástricos porque surten hormonas que el cuerpo libera cuando esta en una situación de lucha. El stress también sobrestima nervios del esófago, y causan así las sensaciones de ahogo que experimentan muchas personas en los ataques de pánico. Si llegase a suceder esto: aguanten la respiración por unos segundos y después vuelvan a respirar lentamente y verán como vuelve todo a la calma. Por ello es necesario que procuren meditar siempre, así darán paz a su cuerpo, a su alma y a su Espíritu.
Es de suma importancia que tengan voluntad y disposición de ampliar su conocimiento sobre toda clase de información que ayude a evolucionar todo lo que constantemente entra a su cuerpo, ya que de ello depende la paz, el bienestar y la armonía de su cuerpo que es su propio mundo que está unido a su Espíritu de Amor que esta interconectado con el Padre del Universo, con la Madre Naturaleza y con los cuerpos Celestes, Angelicales y Espirituales.