En una escuela de nivel secundario, una profesora de religión estaba enseñando a sus alumnos sobre Dios y la creación. Los alumnos tenían muchos interrogantes y entre ellos había un alumno que le preguntó: profesora ¿Quién es y cómo es Dios y sus antepasados? La profesora se quedó pensando y no supo que responder. Una alumna se paró y le respondió: Dios y sus antepasados es: “Una Energía Divina de AMOR” que está conformado por el Universo y todo lo que nos rodea, Es algo muy similar a nosotros, cuando nos formamos en el vientre de nuestra madre y todo nuestro cuerpo, fue formado por todo lo que ella pensó, habló, actúo, respiró, comió y bebió. Por ello también nuestro cuerpo, es un pequeño universo dentro del Universo y todos nosotros como almas, tenemos bajo nuestra responsabilidad, de todo lo que habita ahí y cada uno debe ser arquitecto de su propio cuerpo y hacerlo un mundo de AMOR. El alumno dijo: ¿Eso quiere decir que yo también soy Dios y que debo ser imagen y semejanza de él? la profesora escuchaba atentamente y dejó que los alumnos debatieran. La alumna respondió: ¡Claro que si! Todos somos “Dios hijo” y también tenemos el mismo poder de Nuestro padre y de sus antepasados. Otro alumno preguntó: ¿Y que es el poder? El poder es “El Espíritu de Vida eterna en abundancia” que habita en nosotros y nos da la autoridad de amar, cuidar, proteger, defender, a nuestro cuerpo y a nuestro sistema inmunológico, para que ellos se interconecten a nuestro Padre del Universo y a sus antepasados, para que nos dé su Sabiduría, Divina, suprema y podamos consolarnos, orientarnos, instruirnos y ayudarnos los unos a los otros, para que vivamos en completo bienestar y armonía con todo lo que nos rodea. Nuestros hermanos mayores que son los arboles tienen Vida, porque también son energía, todos nos escuchan y se sacrifican dándonos oxigeno y sus frutos diariamente, para ayudarnos a que todos sintamos el AMOR de nuestro Padre del Universo y de sus antepasados. Debemos valorar y respetar la Vida de nuestros hermanos menores que son toda especie de animales y procurar que todos tengamos AMOR para que acabe tanta transformación, tanto dolor, sufrimiento, conflictos, guerras, tragedias y desastres y por fin haya igualdad. La profesora le preguntó: ¿Y como sabes tú todo eso? La alumna le contestó!Ni yo misma lo se! Yo también escuché por mi boca lo que hoy hablé y me quedó totalmente sorprendida, ya que estas palabras que salieron de mi boca, me hacen amar más a Dios, respetar y valorar todo lo que nos rodea. Otro alumno se dirigió a la profesora y le dijo: ¡Profesora! Yo si se lo que ha sucedido y le doy las gracias a Ud. por despertar en nosotros “El Espíritu de Vida que es el Poder de Dios”, su energía pura de Amor, para que unos a otros nos hagamos preguntas y por medio de su Espíritu que siente su Amor incondicional, él nos responda y eso es lo que ha pasado con mi compañera; el AMOR que ella tiene por nuestro padre y todo lo que nos rodea, la interconectó al Universo y por medio de ella, nos dio las respuestas que muchos de nosotros hemos buscado. La profesora y todos los alumnos lloraron y se abrazaron de la emoción de saber que también son imagen y semejanza de DIOS y que de cada uno de ellos depende hacer de su cuerpo y de su “ESPIRITU DE AMOR Y VIDA” un excelente y perfecto mundo, para vivir en completa paz, unidos a nuestro Padre de Amor del Universo, a nuestra abnegada Madre Naturaleza y a nuestros hermanos Celestiales y Angelicales.