En un barrio de clase media, vivía un muchacho, llamado Burlón era muy malhumorado, abusivo, mentiroso, flojo, criticón, egoísta, obsesionado y rencoroso. Era muy cruel con su madre, ya que la culpaba, por no tener a su padre a su lado y un cierto día se acercó a su madre y le dijo: Por tu culpa mi padre se fue, porque no lo comprendiste, como no me comprendes a mí. La madre le dijo: ¿Por qué me hablas así? Tú sabes que yo te he dado todo y siempre te he cuidado cuando estas delicado de salud y nada te falta en esta casa. Burlón dijo: ¡Claro que me hace falta! me falta mi padre. La madre le respondió: tu padre se fue voluntariamente y nadie le dijo que se vaya, yo no pude retenerlo, porque respeté su decisión al irse con otra mujer. Burlón la dejó con la palabra en la boca y salio a la calle muy molesto, se encontró con unos muchachos jugando con su pelota, el abusivamente se los quitó y lo pateó a otro lado muy fuerte, la pelota chocó con la pared y regresó con fuerza y le rompió la nariz, se fue a su casa con el tabique roto y con hemorragia. La madre le preguntó ¿Que te pasó? Burlón mintiendo dijo: por defender a una chica muchos matones, me golpearon y me rompieron la nariz. La madre lo llevó al hospital para que lo atendieran de emergencia. Luego de unas horas lo llevaron a su casa. Después de una semana volvió a mortificar y a reclamarle a su madre lo mismo. La madre dijo: ¿Hasta cuando vas seguir mortificando mi paz? Ya te dije mil veces, que tu padre se fue con otra mujer y yo no pude impedírselo, porque cuando no hay amor, no se puede exigir ni obligar a nadie a que le amen. Burlón dijo: Tu tienes la culpa que mi padre se haya ido con otra mujer y por eso siempre te haré la vida imposible, salio de nuevo a la calle y vio a los mismos muchachos jugando, se les acercó y los agarró a golpes a todos, como sabían que era muy violento, agresivo y abusivo se fueron corriendo, burlón agarró piedras, se las tiró y una de las piedras chocó con un poste y regresó con fuerza y le rompió la cabeza. Ensangrentado llegó a su casa. La madre le preguntó Y esta vez que pasó? Burlón mintiendo de nuevo, respondió: Por ayudar a una anciana unos delincuentes me rompieron la cabeza. La madre de nuevo lo llevó al hospital, le cocieron varias puntadas. Burlón ya era conocido en el hospital, porque todo el tiempo iba por algún accidente o afección. Burlón era muy abusivo y golpeador con los muchachos de su barrio un cierto día, uno de ellos le dijo: por abusivo toda tu maldad siempre regresa a ti y algún día te vas a lamentar, por todo el mal que haces a los demás, Burlón lo agarró a golpes y patadas y le dijo: A mi nadie me maldice, porque soy el más guapo y valentón del barrio, por ello, todos me respetan y me temen. Los muchachos del barrio, se ocultaban cada vez que lo veían. A burlón le gustaba ir a las discotecas y allí conoció a una muchacha muy atractiva, se enamoró de ella y ella también, pero tenia su enamorado. Burlón lo supo y le dijo: no me importa que tengas enamorado, igual me gustas, la chica le respondió: entonces somos choque y fuga y se fueron a un hotel a tener sexo. El enamorado se enteró de ello y los esperó en la puerta del hotel y los agarró a balazos a los dos. La madre de burlón, se enteró de lo sucedido y fue al hospital donde habían llevado a su hijo. Burlón estaba muy grave, porque había recibido muchos balazos, miró muy arrepentido a su madre y le dijo: ¡Madre! ¡Perdóname! por haberte martirizado y haberte hecho sufrir, hoy que estoy al borde de la muerte, me doy cuenta que tu fuiste para mi, un padre y una madre, por que mi progenitor, desde que se fue, nunca mas volvió a visitarme ni a preocuparse de los dos. Crecí lleno de amargura y mi odio la desquitaba con los muchachos del barrio y de la nada los molestaba, les quitaba sus cosas, los golpeaba y la pelota y las piedras regresaban como boomerang a maltratar a mi cuerpo y ni siquiera eso me importaba, porque fui un vil masoquista y mentiroso, que ni se amaba ni amaba a nadie. La madre con lágrimas en los ojos dijo: ¡Hijito! ya el pasado no importa, lo importante es que reconoces tus errores y yo te cuidaré, para que las enmiendes. Burlón llorando dijo:¡Ya es tarde madrecita! porque se que moriré, le pido perdón a Dios, a ti y a todos los que lastimé. ¡Madre! Por favor, ora todos los días por mi alma, para que en mi otra vida, yo pueda enmendar mis errores y todo sea diferente. Burlón cerró los ojos y expiró. La madre dio un grito de dolor y abrazó muy fuerte a su hijo.