Un cierto día una osita panda que estaba caminando por medio del bosque se encontró con una serpiente anaconda que estaba muy herida.
Llamó a sus dos hermanas y la llevaron a su cueva, les dieron de comer, la curaron, la abrigaron y la dejaron vivir con ellas porque le daba mucha tristeza verla tan lastimada, ellas le dieron mucho amor.
Pasado un tiempo la anaconda se sano y les dijo que tenía que regresar a su hogar y les agradeció por todo el cariño que le dieron.
Las osas pandas les rogaron que se quedara pero la anaconda no quiso. Ellas se quedaron muy tristes por su partida.
La serpiente al volver al bosque se encontró con otras anacondas muy venenosas y les contó alegremente lo que hicieron estas tres osas por ella, las anacondas venenosas le dijeron: estamos con mucha hambre, llévanos donde estas nobles osas para que nos den de comer, la anaconda muy confiada las llevo, tocaron la puerta y las ositas le abrieron sin saber que habían otras serpientes muy venenosas y mas grandes, estas serpientes que tenían mucha hambre al ver a las osas, agarraron a golpes a la anaconda y la desmayaron, golpearon brutalmente a las osas y se las comieron sin piedad alguna.
La anaconda herida hasta el día de hoy llora por estas tres osas que fueron muy buenas porque nunca más volvió a encontrar ese amor incondicional.