Cada día que pasa se
ve mucha involución del ser humano y todo porque tiene apego y obsesión al
dinero y a las cosas materiales, que se olvidan hasta de su propia vida y
llegan hasta matar por ello.
Ni Dios ni nadie
puede hacer nada para evitar el sufrimiento, la angustia y el dolor, que se
causan unos a otros por permitir que sus instintos, impulsos y debilidades, les
dominen y les controlen a tal punto de comportarse como bestias salvajes e
irracionales dando el peor de los ejemplos en sus cuerpos.
En miles de mensajes venidos
del universo, que parecen repetitivos, se les advierte y se le previene para
que tengan cuidado de entes y microorganismos involucionados, que están
lastimando y exterminando a toda la humanidad para que sean un vampiro
energético más y sean transformados en viles delincuentes, y ataquen sin
piedad, a quienes denuncian y enseñan que se enfrentan a entes de la oscuridad
y luchan y batallan por la paz mundial para que cada uno aprenda a cuidar,
defender y proteger su vida y haga de su cuerpo un paraíso, un reino de los
cielos y haya igualdad, bienestar y armonía entre todos.
Es inconcebible ver como
hay tanta frialdad e indiferencia de gente toxica, egocéntrica, avara,
mezquina, materialista y consumista, que nada hacen por su vida ni por la vida
de nadie porque se han acostumbrado a tenerlo todo fácil, sin hacer nada por
nadie ni intentar hacer el más mínimo esfuerzo por cambiar para también ser una
persona de buenos sentimientos. Esa gente toxica y vampirezca es exactamente
como un virus y un parásito más, buscando a quien lastimar y conseguir sus
propósitos y beneficios a costa de lo que sea.
La ambición y el
mismo interés y el beneficio propio de esa gente toxica e involucionada, les
ciega el entendimiento y lo tiene bloqueado porque han hecho de su cuerpo un
sepulcro, una tumba de cadáveres de animales, exactamente como los zombis en
las películas de terror y eso mismo se refleja en su exterior, aun cuando
muchos se disfrazan de ovejas y por dentro son lobos feroces, que se comen
entre ellos hasta exterminar su propio cuerpo, que es su propio mundo y después
están buscando a quien lastimar y devorar sin piedad.
Es tanto el egoísmo y
la envidia, que posee esa gente toxica e hipócrita, que se disfraza de personas
buenas para engañar, conquistar y cautivar a mucha gente incauta, que les creen
sus falsedades para satisfacer sus propias conveniencias. Y es así como mucha
gente se contagia con esa toxicidad, que es veneno mortal para su vida y
termina igual que esa gente.
Poca es la gente que
tiene voluntad de cambiar de actitud de reconocer y enmendar sus errores para
ayudar en esta labor y en la obra de Dios, que es hacer todo lo bueno lo
agradable y lo perfecto para vivir en paz y tener la valentía de enseñar a
todos a valorar su vida. Y esta ardua labor es muy dolorosa, sacrificada y
cansada porque la carga de microorganismos y entes energéticos involucionados es
rebelde, muy pesada y muy difícil de renovar, ya que hacen una terrible guerra
en cada cuerpo, igual como las guerras que hacen externamente y hasta lastiman
y exterminan.
Son contaditas las personas valientes y justas, que valientemente y corajudamente llaman la atención, enseñan, corrigen y se enfrentan a gente mala, toxica, venenosa y contaminada para que dejen de hacer tanto daño a la humanidad y al Universo.
Son contaditas las personas valientes y justas, que valientemente y corajudamente llaman la atención, enseñan, corrigen y se enfrentan a gente mala, toxica, venenosa y contaminada para que dejen de hacer tanto daño a la humanidad y al Universo.