Hay cuerpos que son reinos de los cielos donde habitan Ángeles con alas y por ello vuelan hasta Dios y hay cuerpos transformados en abismos de oscuridad donde hay ángeles caídos que tienen cachos y rabos, por ello nunca vuelan ni son libres porque se esclavizan entre ellos.
Estos ángeles caídos por envidia hacen la guerra y fomentan mucha discordia con sus palabras de humillación, de maldición de mal decir, de mal hablar, para amilanar a los Ángeles humildes de Dios.
En lugar de despreciar a estos ángeles caídos, merecen toda nuestra lastima y compasión porque desconocen la Vida espiritual.
El Amor de Dios es corregir y jamás fue consentir y por ello los Ángeles de Dios corrigen con poder autoridad, coraje y valor a todos los ángeles caídos para que enmienden sus errores y para que salgan de la oscuridad y del abismo en que se encuentran.
Los ángeles caídos deben convencerse que toda palabra de maldición, mal dicha es como una espada de muerte que siempre rebotará en la armadura Espiritual y de Vida, que tienen todos los Ángeles de Dios, ya que regresará como boomerang de donde salio y estos ángeles caídos por sus propias palabras serán juzgados y condenados.
Los Ángeles de Dios jamás permiten que esas palabras de maldición caigan sobre ellos y mucho menos se rebajan a responder con esas mismas palabras, porque eso es lo que esos ángeles caídos pretenden y como esclavos de sus maldiciones quieren que los Ángeles de Dios caigan en su astucia y sucia trampa.
Los ángeles caídos deben convencerse que toda palabra de maldición, mal dicha es como una espada de muerte que siempre rebotará en la armadura Espiritual y de Vida, que tienen todos los Ángeles de Dios, ya que regresará como boomerang de donde salio y estos ángeles caídos por sus propias palabras serán juzgados y condenados.
Los Ángeles de Dios jamás permiten que esas palabras de maldición caigan sobre ellos y mucho menos se rebajan a responder con esas mismas palabras, porque eso es lo que esos ángeles caídos pretenden y como esclavos de sus maldiciones quieren que los Ángeles de Dios caigan en su astucia y sucia trampa.
Los Ángeles caídos en lugar de envidiar deberían cortarse los cachos y el rabo que les pesa, para que también puedan volar como los Ángeles de Dios que son Guerreros del Amor que con coraje y valentía corrigen a los que les gusta humillar con sus palabras de maldición.
Los Ángeles de Dios siempre vencerán con la mejor arma que son palabras de bendición, bendecir, bien decir, bien hablar, hablar bien que son palabras de corrección iluminadas que iluminarán a los ángeles caídos que se encuentran en su abismo lleno de profunda oscuridad.
Muchos ángeles caídos leerán estas palabras de corrección y de bendición, si las aceptan para enmendar sus errores bien por ello y si no tendrán que rendir cuenta a sus propias palabras de maldición y de envidia.
Los que tienen un Arcángel que es un Espíritu iluminado, ayudan a todos los mundos y sacarán adelante a muchos Reinos de los cielos porque habitan Ángeles de Dios que sólo dan palabras de Vida.
Sigan unidos a su Espíritu y sigan siendo Guerreros valientes y corajudos del Amor, de la Verdad , del Perdón y de la Vida e iluminen con palabras de Vida y corrección a los ángeles caídos que se encuentran en medio del temor, del engaño, del odio y de la muerte.
Un cuerpo lleno de Amor es un Reino de los cielos, ya que “cuando el barco se está hundiendo juntos luchan hasta el final y por ello sobreviven para siempre”
Un cuerpo lleno de temor es un abismo de oscuridad porque “cuando el barco se está hundiendo las ratas huyen y se ahogan”.
Dios es Amor y el Amor es Dios, un Dios de vivos que jamás castigó ni castiga ni castigará porque jamás abandonó ni abandonará a sus hijos, que son cada cuerpo, cada reino de los cielos, porque Dios llama a todos sus hijos, su hijo amado porque es imagen y semejanza de El.
Tengan paz para que irradien paz a todos los mundos en armonía con nuestro Padre del Universo, con nuestra Madre Naturaleza y con nuestros hermanos Celestes, Angelicales y Espirituales que es un sólo Dios vencedor y todo poderoso.