viernes, 8 de mayo de 2020

Es demasiada la carga.

Es justo y necesario brindar paz para recibir lo mismo y eso mismo transmitir a los demás...
Ninguno puede juzgar ni reclamar nada a ninguno porque absolutamente todos han cometido errores en otros cuerpos, en otras vidas o en este cuerpo y en esta vida y lo mejor es enmendarse a tiempo y hacer todo lo posible por ser mejor persona de buenos y nobles sentimientos...
Ya es tiempo de dejar y de apartarse de tanta apariencia e hipocresía porque eso envenena y contamina a quienes ya están en el camino espiritual...
En la vida se aprende a sobrellevar a los demás y al resto ni hablarles y ni dirigirles, la palabra porque cada uno tiene su forma de ser y tiene un mundo distinto y diferente...
Cada uno es responsable de su vida y de sus actitudes...
Es preferible hablar y compartir los mensajes que viene de la sabiduría del Universo, solo con quienes tienen respeto y valoran su vida y con el resto es preferible callar ni compartirles nada porque cada uno es responsable de lo que habla y dice pero no es responsable de lo que otros puedan entender e interpretar a su manera.
Ni Cristo Dios ni ningún otro puede ayudar ni salvar a nadie que se resista a cambiar sus negativas actitudes porque de cada uno depende que camino quiere elegir para acabar con tanta perversidad, falsedad, engaño, sufrimiento,, dolor y agonía...
Esperemos que algún día todos despierten reaccionen, evolucionen, razonen, recapaciten, entiendan, tomen conciencia y se den cuenta del gran sacrificio que hace el Espíritu, alma y cuerpo en la obra y labor universal para que algún día haya paz mundial ...
Es demasiada la carga que lleva todo cuerpo bondadoso e iluminado, que es un Reino de los cielos que sana, renueva, restaura y libera a muchas almas que estuvieron atadas, oprimidas, esclavizadas y explotadas en otros cuerpos que lamentablemente fueron transformados en sepulcros de cadáveres y abismos infernales que llegan a ser derribados y exterminados por entes y engendros demoniacos de la oscuridad...
Ninguno puede osar a atreverse ser cómplice de la perversidad de otros ni intentar tapar con un dedo el sol y ni puede negar la realidad que es la verdad y nada más que la verdad, que saca a la luz todo lo que se encuentra en la oscuridad.