Deben de agradecer cuando alguien corrige y llama la
atención para que enmienden sus errores, porque pocas son las personas que
tienen la valentía, el coraje y el valor de hacerlo.
Un cuerpo bondadoso es un reino del espíritu de Dios donde
todo lo que habita ahí cuida y protege con coraje su propia vida.
Una cosa es castigar y ofender y otra es corregir y
defender porque hay que tener fortaleza, coraje y valentía para hacerlo porque
es como quitarle una presa a una bestia depredadora.
Los carroñeros se juntan para comer cadáveres de animales,
así hay gente toxica y perversa que se junta y anda buscando a quien lastimar y
devorar.
Quien engaña, lastima, humilla, estafa, roba, difama,
calumnia, secuestra, viola y asesina, está haciendo de su mundo un abismo
infernal y eso le irá lastimando y exterminando lentamente.
Buena persona es quien corrige y jamás calla ni consiente
la maldad de nadie, y gente farisea e hipócrita es masoquista y consentidora de
su propia maldad y de los errores del resto.
Hay gente consentidora, farisea e hipócrita, que aparenta
ser buena y pacifica y cuando cometen maldades o ven injusticias, creen que es mejor callar, porque según esa
gente, consentir, tapar sus errores y los errores de los demás, es vivir en
paz.
Quien consiente a
su propia maldad y encubre sus errores es un ente toxico capaz de lastimar y
exterminar a su propia vida y a su propio mundo.
Las personas buenas y espirituales son como una esponja
que absorben todos los males de la humanidad porque tienen un espíritu que se
sacrifica para dar abundante vida a toda la humanidad.
Quien ama, cuida, educa, instruye, corrige, consuela,
defiende y protege es digno de admirar, respetar y valorar porque pocas son las
personas que se sacrifican por generar y transmitir buenas energías para dar
vida a los demás.
Si cada uno cargara sus propios errores, enfermedades,
karmas, pecados, etc. la carga seria menos pesada para los seres buenos y
espirituales y así habría igualdad para todos.
Hay gente toxica y chismosa que le encanta envenenar e
intoxicar con sus calumnias, a mucha gente incauta que presta oídos y cae en su
juego para luego buscar a quien echarle la culpa de su maldad y perversidad.
Nadie puede ni debe creerse dueño de su cuerpo porque es
prestado para mantenerlo intacto y lograr hacerlo un templo y reino del Espíritu
de Dios para ser libre y dar libertad a los demás cuerpos.
Teniendo alrededor mil espejos de tanto sufrimiento y
dolor y aun así lastima cruelmente a su propio espíritu, alma y cuerpo es un
ente toxico que contamina y extermina todo a su paso. ¡Aléjense de esa gente!
Nunca se metan en problema de dos porque el tercero saldrá
perjudicado.
Si hay gente que se considera buena y mejor que otros,
demuéstrenlo en hechos corrigiendo a sus propios instintos, impulsos y
debilidades para que aprendan a amar, a cuidar, a respetar, a valorar, a defender
y a proteger a su Espíritu, alma y cuerpo y así dejen de perturbar la paz de
los seres espirituales que viven en paz.
Cuando mucha gente conozca y acepte que su lucha es con
microorganismos oportunistas y entes energéticos despiadados que lastiman y
exterminan a muchos cuerpos, ese día aceptarán que estuvieron en un mundo de
mentiras y engaños, enmendarán sus errores y valorarán a los seres espirituales
porque gracias a su sacrificio muchos tienen abundante vida.